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Los médicos estallan contra María Jesús Montero, la médico sin MIR que cuestiona a los estudiantes de la privada

La OMC denuncia la falta de serenidad y de conocimiento que demuestra la vicepresidenta al poner en duda que estos profesionales ofrezcan "garantías".

La OMC denuncia la falta de serenidad y de conocimiento que demuestra la vicepresidenta al poner en duda que estos profesionales ofrezcan "garantías".
María Jesús Montero, en uno de sus últimos mítines | Europa Press

Lejos de poner punto final a la guerra abierta la semana pasada contra la universidad privada, María Jesús Montero elevaba este domingo el tono, poniendo en duda ahora la formación de los médicos que estudian en centros ‘lau cos’ (low cost) —decía la vicepresidenta—, "donde abaratan los costes a base de menor cualificación del profesorado, de exigir menos esfuerzo a los alumnos y, en definitiva, de no tener los estándares mínimos que permitan asegurar que tienen todas las garantías para que podamos ponernos en sus manos".

Sus palabras han desatado una ola de críticas en redes sociales — donde denuncian tanto la irresponsabilidad de la ministra como su ignorancia—, pero también entre los propios profesionales del sector sanitario, quienes le reprochan que, con una "euforia" desmedida, haya transmitido una imagen que dista mucho de la realidad. "Decir que puede existir un riesgo para la seguridad clínica porque un estudiante haya estudiado en una u otra universidad está bastante alejado de la serenidad, del conocimiento y de la evidencia. En ningún caso esto sucede", insiste Tomás Cobo, presidente de la Organización Médica Colegial (OMC).

Y no sucede, alega, por dos motivos, fundamentalmente. El primero, que "tanto en España como en Europa existe una armonización en cuanto al mapa de conocimientos y competencias que cualquier médico tiene que adquirir, tanto en su formación de grado como en su formación médica especializada, y estos conocimientos y competencias se adquieren tanto en la Universidad pública como en la Universidad privada".

Pero, además, y dado que Montero hablaba de los profesionales que ejercen en la sanidad pública, el portavoz de los médicos añade otra razón: "En España hay un examen MIR, que es el que permite al médico recién licenciado de grado adquirir formación médica especializada. Y ese examen es un examen de Estado exactamente igual para todos. Y consta que entre los que adquieren o acceden a esa formación médica especializada hay tantos estudiantes de unas universidades como de otras. Ninguna diferencia. Por tanto, repito, llevar esto a un entorno político con una determinada euforia, se aleja de la serenidad, del conocimiento y de la evidencia".

Montero, médico sin MIR

Se da la circunstancia de que María Jesús Montero es licenciada en Medicina, pero no tiene el MIR y, por tanto, nunca ha podido ejercer como médico en la sanidad pública, sino que sus labores, antes de aterrizar en la política, tuvieron que limitarse a la gestión sanitaria. En 1995, empezó a trabajar como subdirectora médica del Hospital Universitario Virgen de Valme de Sevilla y de ahí fue escalando hasta convirtiéndose en directora gerente del Virgen del Rocío.

Precisamente en este último hospital coincidiría con Javier Gutiérrez Caracuel, antiguo compañero de promoción y hoy médico de urgencias. Se cruzaron en un pasillo y él le preguntó si había vuelto para hacer la residencia. Montero le respondió: "No, soy tu subgerente". Tal y como hace unos meses él mismo relataba a Crónica, no le extrañó. "A ella no le interesaba ser médico, le gustaba el poder y ya está", resumía sin rodeos.

Y lo cierto es que, por mucho que la hoy vicepresidenta se preocupe por la formación de los estudiantes de Medicina, sus colegas la describen como una alumna que frecuentaba más las manifestaciones que las clases de la facultad. Probablemente por eso, no llegó a hacer el MIR, sino que se limitó a hacer un curso de gestión de Barcelona que le permitiría escalar hasta llegar al que siempre había sido su destino soñado: la política.

En 2002, el consejero de Salud de Manuel Chaves, Francisco Vallejo —uno de los condenados por los ERE antes del borrado del Constitucional— la fichó como su mano derecha. En apenas dos años, se hizo con la consejería, manteniéndose en el cargo también durante el mandato de José Antonio Griñán. Susana Díaz sería quien la colocaría en Hacienda, desde donde escaló a la política nacional.

Ahora, María Jesús Montero regresa a Andalucía para luchar por la presidencia, frente a un Juanma Moreno que se frota las manos cada vez que habla. Solo en la última semana ha encadenado hasta tres polémicas: con los jueces, a cuenta de la presunción de inocencia; con las universidades privadas y ahora con los médicos. A falta de recoger el impacto de todas ellas, las encuestas le dan ya el peor resultado del PSOE en esta comunidad.

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