
Con la atención puesta en El Vaticano y ante dos grandes crespones negros por la muerte del Papa Francisco, Pedro Sánchez ha anunciado que el Consejo de Ministros ha aprobado un Plan Industrial y Tecnológico para la Seguridad y Defensa que será remitido en los próximos días a Bruselas para que sea evaluado por la Comisión y, más tarde, en el mes de junio, por la OTAN. El informe se publicará este miércoles también en breve en la web de la Moncloa.
Hasta ahora, Sánchez había obviado los detalles, así como concretar plazos. "España va a contribuir a defender Europa", ha asegurado en una inusual comparecencia ante los medios tras el Consejo de Ministros. Sánchez ha asegurado que el objetivo es hacer frente a las "amenazas". "Con este plan, España cumplirá este año el gasto del 2% del PIB en seguridad y defensa", ha terciado y ha cifrado en un esfuerzo "adicional" de 10.471 millones de euros.
Su anuncio se produce en la segunda quincena de abril, fecha límite para poder acogerse a la cláusula de escape por la que Bruselas permite flexibilizar las reglas fiscales a cambio de aumentar la inversión en defensa, tal y como adelantó Libertad Digital.
Sánchez no ha descartado acogerse a esta opción aunque primero estudiarán la información que le remita Bruselas. Lo que sí ha recalcado es que esos 10.400 millones procederán de fondos nacionales gracias a la "reorientación de algunas partidas", ente las que ha citado fondos europeos, el "margen que nos dan ciertas partidas" y la "buena gestión económica".
Esto permitirá al Gobierno eludir al Congreso. "No requiere de aprobación de las Cortes Generales porque no implica un mayor esfuerzo parlamentario, ni de impuestos, ni de ciudadanos", ha terciado Sánchez en otro momento, que ha anunciado su comparecencia en el Congreso para la primera semana de mayo, como ya hiciera a principios de abril, cuando no dio ninguna información sobre los planes de defensa.
La hoja de ruta que enviará a Bruselas permitirá conocer los planes del Gobierno a pesar de sus reticencias para dar detalles sobre cómo, cuándo y cuánto piensa invertir en defensa, tal y como le ha exigido en reiteradas ocasiones el PP para darle su apoyo al plan. El anuncio de este martes ofrece cifras concretas pero no detalles sobre cómo se llevará a cabo semejante gasto.
Más de 60.000 empleos indirectos
Este plan, según Sánchez, permitirá "impulsar una nueva ola de modernización de empresas en torno a tecnologías de doble propósito" y ha cifrado un impacto en el PIB de entre el 0,4 y el 0,7%. Además, incrementará en 18 puntos el I+D español y creará unos 60.000 puestos de trabajo indirectos.
Además de un aumento del número de tropas, que ocupará un 35%, la mayor parte se destinará a adquirir nuevas capacidades de comunicación y de ciberseguridad. Ahí se dedicará un 31% del total de los 10.400 millones. El objetivo es "crear un escudo digital para España" con la modernización y adquisión de nuevos satélites.
El 19% se destinará a la fabricación de armas, que Sánchez ha rebautizado como "nuevos equipos de disuasión". "Lo haremos para disuadir a aquellos que piensan en atacarnos a nosotros", ha asegurado mientras que ha defendido que, a la vez, se destinarán 1.700 millones a ampliar helicópteros de rescate, aviones cisterna o fletar un nuevo buque oceanográficos. "Menos de una quinta parte del plan se dedicará a comprar armamanto", ha terciado en otro momento.
División en el Gobierno
Este punto es el más tensiones ha generado en el Consejo de Ministros. Sánchez ha admitido que Sumar "ha presentado observaciones con la adquisición de productos de Defensa" pero ha defendido que "lo hemos gestionado desde las discrepancias y desde el respeto y el diálogo". De ahí que luego Sánchez pusiese énfasis en otros puntos en los que ha habido más acuerdo como en destinar el 17% de la inversión a la UME y a otras unidades militares para que tengan más medios ante desastres naturales.