Tal y como esperaba la oposición, el actual ministro de Transportes, Óscar Puente, se ha desvinculado en el Senado de cualquier irregularidad cometida por la trama Koldo, a pesar de que esta salpica ya a todo el PSOE, y ha tratado de minimizar el escándalo del enchufe de Jéssica Rodríguez en dos empresas públicas aferrándose a su bajo sueldo. "Esta persona accede a un puesto de auxiliar administrativo con carácter temporal por una retribución de 900 euros mensuales. En fin, no se crea usted que Ineco tiene muchas solicitudes para puestos de estas características", ha espetado a los senadores.
Pero más allá del fondo, si algo ha resultado llamativo ha sido el viraje de sus formas y de su tono medida que ha ido avanzando su interrogatorio en la comisión de investigación que esta mañana se ha celebrado en el Senado: de mostrar un tono conciliador, a perder los papeles cuando sus señorías le han reprochado el descontrol de empresas públicas que dependen de su cartera, amenazar a la oposición con supuestos dosieres de prensa de cada uno de ellos que, según ha dicho, obran en su poder, o utilizar a Carlos Mazón como escudo protector. "No sé cómo voy a pasar yo a la historia, pero ustedes van a pasar como los encubridores del responsable de la muerte de 227 personas", ha zanjado su comparecencia.
Los momentos más tensos
El primer enfrentamiento se desataba a colación de los reproches de la senadora de UPN por su pasividad respecto a los múltiples enchufes que sobrevuelan a la trama. "Veo a los señores del PP asintiendo con la cabeza. Si las auditorías son tan buenas… ¿Por qué no hacen una del Ventorro?" —les instaba el ministro, intentando desviar la atención a la polémica comida de Mazón el día de la Dana—. Yo vengo en son de paz, pero no me busquen, porque me encuentran". Lejos de cesar, las amenazas han ido a más: "Lo peor que pueden hacer conmigo es excitarse, porque entonces igual me excito yo".
El clímax llegaba ya en el turno de palabra del portavoz del PP, que iniciaba su interrogatorio mostrándole la fotografía de Jéssica Rodríguez en lencería y preguntándole si "tal y como dicen algunos" él también la conocía. La pregunta ha terminado por desquiciar al ministro, que amenazaba con abandonar la comisión si no aclaraba quién había dicho eso. "¿De qué tiene miedo?", le insistía Francisco Martín Bernabé. Un nervioso Óscar Puente, volvía a la carga: "El que tiene que tener miedo es usted".
Los aspavientos que, según denunciaba, hacía entonces otra senadora terminaban por desatar un tenso enfrentamiento en el que el presidente de la comisión se veía obligado a intervenir: "Señor ministro, lo veo a usted muy fuera de tono, así que vamos a suspender la sesión por cinco minutos". Tras un breve receso, se reanudaba el interrogatorio, pero sin novedad alguna. El sucesor de Ábalos se desvinculaba de cualquier irregularidad y justificaba su pasividad, una y otra vez, en que el caso ya está en los tribunales y que no es más que un mero ministro: "Yo no soy el juez, así que no me pida que yo haga aquí de juez porque yo no vengo aquí a juzgar a nadie".
Las excusas de Óscar Puente
A lo largo de más de dos horas, el titular de Transportes ha ido repitiendo una y otra vez las mismas frases para justificarse: "Yo poco puedo contar porque hace seis años estaba en Valladolid, "no tiene sentido ordenar una auditoría por cada noticia que sale", "yo solo sé lo que me traslada Ineco" (en referencia a la contratación de Jéssica Rodríguez) o "yo dije lo que dije en función de lo que en ese momento se conoce", en alusión a la comparecencia del pasado 28 de noviembre cuando aseguró que no se había detectado irregularidad alguna.
Cuando los senadores le han preguntado si no le escandaliza todo lo que se ha descubierto desde entonces, incluida la confesión de la propia acompañante de José Luis Ábalos reconociendo que cobraba sin necesidad de trabajar, el ministro no ha tenido más remedio que reconocer que eso de regular tiene más bien poco. "¡Cómo no me voy a escandalizar!", ha dicho en varias ocasiones, aunque ha insistido en que la información que a él le ha llegado no es esa. "Otra cosa es que se faltara a la verdad en la narración y en la redacción de los partes de ese trabajo", ha alegado echando balones fuera.
Además, Puente se ha esforzado por dejar al margen al presidente del Gobierno de los echufes de las distintas acompañantes de su predecesor: "Mire, en el Ministerio de Transportes trabajan más de 60.000 personas. Es bastante evidente que estos hechos, por su naturaleza, no creo que los fuera pregonando nadie. Por tanto, prestar atención a la contratación de una auxiliar administrativa o de dos o de tres en una entidad en la que trabajan 60.000 personas, pues es absolutamente inverosímil. Y que esto lo supiera el presidente del Gobierno, pues ya vamos… Es que ya no sé cómo calificarlo".
Respecto a los polémicos viajes en los que Jéssica Rodríguez acompañó a Ábalos, Puente ha insistido en que, si bien en 8 de ellos no se sabe quien asumió los gastos, "no existe constancia alguna de que pudieran haberse producido con cargo al presupuesto de este Ministerio".
Un guion de Torrente
El encargado de poner el broche final al interrogatorio de Óscar Puente ha sido el popular Francisco Martín Bernabé, quien se ha concluido que la "oscarizada auditoría" del ministro, "que más bien es la auditoría de la señorita Pepis", parece un guion de Torrente. "Pero no de Torrente Ballester, por desgracia, sino del Torrente de Santiago Segura, habida cuenta las similitudes entre ambos José Luises: su amigo Ábalos, número 2 del PSOE y mano derecha de Sánchez, y el personaje de ficción de la serie cinematográfica, amante de prostíbulos y sinvergonzonerías y con el que hoy, de forma lamentable, toda la gente lo identifica en la calle a su antecesor en el cargo", ha matizado.
"Usted puso la mano en el fuego por tres altos cargos de Ábalos y se la quemó, ahí están hoy imputados; la última vez que vino aquí, en noviembre, puso la mano en el fuego diciendo que no había regularidades en la contratación de Jessica y demás concubinas, y se la quemó; y hoy ha vuelto a poner la mano en el fuego diciéndonos que su auditoría es correcta y mucho nos tememos que tiene ya la mano ardiendo —ha finalizado su intervención—, porque lo único cierto, señor Puente, es que solo ha venido a ocultar ese legado y eso es por lo que será recordado y juzgado".
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