Durante su intervención, Gil Lázaro puso en duda la legitimidad de Junqueras para hablar de derechos y libertades, recordando su papel en el desafío secesionista de 2017. "Usted no es un hombre de paz ni de diálogo, como pretende hacer creer", afirmó el diputado, señalando que el líder republicano fue parte de una "conspiración contra el orden constitucional".
En su turno de réplica, Junqueras trató de victimizarse, acusando a Vox de vivir en una "ficción" y de usar el Parlamento para criminalizar a quienes piensan diferente. Recurrió a argumentos ya conocidos, alegando que fue condenado por un referéndum ilegal, pero no por corrupción o violencia, e intentando desviar la atención con acusaciones al partido de Santiago Abascal.
Lejos de amedrentarse, Gil Lázaro insistió en su denuncia, calificando a ERC como una "formación golpista" y desenmascarando el intento de blanquear a quienes atentaron contra la unidad de España.
El presidente de la comisión, Arnau Ramírez, intervino para llamar al orden y pedir respeto institucional, aunque la sesión continuó con momentos de tensión entre quienes defienden la legalidad constitucional y quienes la cuestionaron abiertamente en el pasado.