El Gobierno no está dispuesto a que el Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, dimita tras el procesamiento ordenado por el juez del Supremo Ángel Hurtado por la filtración de datos confidenciales de la pareja de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, con el único objetivo de "ganar el relato". La ministra portavoz, Pilar Alegría, ha pedido respetar "la presunción de inocencia", incluso "más en este caso", y ha cargado contra el magistrado porque "hay jueces que están haciendo cosas difíciles de entender".
La ministra ha dejado caer que los jueces están en una campaña contra el Ejecutivo. "Es evidente que a estas alturas hay jueces que están actuando", ha insistido Alegría que les ha acusado de "estar dando señales un tanto difíciles de entender". En ese sentido ha reprochado que Hurtado no creyese a los periodistas del grupo PRISA que trataron de exculpar a García Ortiz de la filtración para proteger a sus fuentes. "Todos esos testimonios se han tirado directamente a la basura", ha lamentado la ministra
La titular del Gobierno también ha negado "categóricamente" que se "hubiese dado órdenes desde Presidencia del Gobierno" a García Ortiz para enviar los mails del novio de Isabel Díaz Ayuso cuando negociaba con la Fiscalía. En su auto señala que el responsable del ministerio público actuó "a raíz de indicaciones recibidas de Presidencia del Gobierno" y reprocha que borrase sus whatsapp y comunicaciones.
El respaldo de Moncloa a García Ortiz es total. Todos se han bunkerizado para evitar una dimisión. En el Gobierno lo justifican porque "cabe todavía recurso", pese a estar al borde del procesamiento", y también ha recalcado que mantiene "su total confianza" al Fiscal General por "perseguir siempre el delito", en referencia al presunto fraude fiscal de González Amador.