La medida llega en un momento especialmente delicado para el PSOE, tras la dimisión de Santos Cerdán, secretario de Organización, en medio de sospechas de corrupción. Con esta decisión, Sánchez busca dar una imagen de control y transparencia, en un intento por frenar el desgaste interno y externo que atraviesa la formación.
Desde Ferraz, se insiste en que el objetivo es reforzar la confianza en la gestión del partido y mostrar una voluntad clara de renovación y rendición de cuentas. La nueva estructura de la Ejecutiva será clave para marcar el rumbo político del PSOE en los próximos meses.