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Sánchez busca el choque con Trump para reagrupar a los socios y ocultar su corrupción

El presidente sacrifica la política exterior de España y la imagen internacional para seguir en La Moncloa.

El presidente sacrifica la política exterior de España y la imagen internacional para seguir en La Moncloa.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), acompañado del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, y la ministra de Igualdad, Ana Redondo | EFE

Pedro Sánchez participa este miércoles en la segunda jornada de la Cumbre de la OTAN, marcada por el aumento del gasto en defensa. El presidente del Gobierno lleva días calentando un posible encontronazo con el presidente de EEUU, Donald Trump, para erigirse como el muro de contención europeo frente a "la ultraderecha". Una estrategia con la que pretende congregar de nuevo a sus socios y eclipsar la corrupción que la afecta.

Para lograrlo, el Gobierno ha sacrificado la escasa credibilidad internacional que pudiera tener España al anunciar un acuerdo con la OTAN para gastar sólo el 2.1% del PIB en defensa, en lugar del 5% que exige el país norteamericano. Ni siquiera se habla del 3,5% previsto hasta 2029. Mark Rutte tuvo que salir rápidamente a desmentir el anuncio hecho por Pedro Sánchez que, de manera improvisada, salió en plena festividad del domingo para hacer una declaración institucional sin medios de comunicación, en la más absoluta soledad.

En Moncloa ahora admiten que quizás deberían haber escogido otro escenario, más solemne, en vez de una desangelada sala de prensa de Moncloa que recordaba al Covid-19. La escenografía elegida chocó incluso entre las filas socialistas por lo inapropiado de mostrar a Sánchez aislado en medio del cerco por los casos de corrupción, y cuando los socios más le aprietan para lograr beneficios. La jugada le permitió ganar oxígeno ante la opinión pública durante unas horas, las que tardó la OTAN en desmentirle. Una respuesta muy inusual y que ya ha sucedido en otras ocasiones con la Comisión Europea.

Los organismos internacionales no suelen interferir en cuestiones domésticas y sólo se arriesgan a perjudicar las relaciones diplomáticas con un país en caso de extrema necesidad, como parece el caso, dada la flagrante manipulación que hizo el jefe del Ejecutivo con la carta remitida por Rutte para la negociación del rearme europeo. La negativa de España a gastar más de un 2.1% ya ha tenido la respuesta de Trump, que acusa a nuestro país de ser "un problema" por lo que no se descarta algún tipo de choque público entre ambos durante la cita en La Haya aunque Moncloa aseguraba que sus palabras eran "una opinión personal"

Es la única crítica que desde el Gobierno han dejado entrever a los aliados. El resto, consiste en mantener la ficción de una especie de excepción española y la ministra portavoz, Pilar Alegría, prometía que "somos un socio serio y fiable". Incluso conminaba a Feijóo a "leerse la carta" afirmando que no exige a España un 5% y sí un 2,1%. Lo cierto es que Rutte no menciona el 2,1% del Ejecutivo pero sí admite que se pueden lograr los objetivos con un 3,5% en Defensa y un 1,5% en otros aspectos.

Ante la polémica, con diarios de referencia como el Financial Times criticando a Sánchez, fuentes del Ejecutivo prometen que "nuestro objetivo no es torpedear la cumbre" y enmarcaba las palabras de Rutte en "lo acordado y pactado".

La vieja estrategia del enemigo exterior

El enfrentamiento con EEUU como jugada política a nivel interno fue algo que ya puso en práctica José Luis Rodríguez Zapatero en época de George Bush cuando, siendo todavía líder de la oposición, no se levantó al paso de la bandera estadounidense en el desfile del 12 de octubre. Después, retiró las tropas de Irak nada más llegar a La Moncloa, pese al malestar de los países aliados. Las consecuencias a medio plazo las pagó España, como sucederá con Sánchez.

El presidente del Gobierno afronta el próximo 9 de julio un Pleno en el Congreso del que pretende salir airoso por diferentes vías: diluyendo la corrupción con asuntos de política internacional y recordando los casos que afectaron al PP, además de presentarse como el único líder que ofrece resistencia al plan de rearme de EEUU y la OTAN. De esta forma sus socios podrán respaldarle parcialmente y lograría salvar los muebles en una jornada muy difícil, dados los reproches que se producirán de casi todo el arco parlamentario.

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