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Sánchez elude su responsabilidad sobre Cerdán o Salazar porque en el PSOE hay "gente buena": "El capitán no se va"

El presidente lo fía todo a unos cambios cosméticos en la Ejecutiva y una batería de medidas orgánicas.

El presidente lo fía todo a unos cambios cosméticos en la Ejecutiva y una batería de medidas orgánicas.
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez agradeciendo los aplausos tras su intervención. | EFE

Con una hora de retraso sobre el horario previsto, Pedro Sánchez se subió al estrado de Comité Federal con las caras largas de los ministros Félix Bolaños, Isabel Rodríguez y Pilar Alegría como telón de fondo. En cambio, el secretario general del PSOE lucía moreno y tranquilo pese a afirmar que estaba "con el corazón tocado pero con determinación intacta".

Ni rastro sobre la polémica que había reventado el Comité Federal antes de que comenzase: las denuncias en eldiario.es sobre acoso sexual contra el adjunto a la secretaría de organización, Paco Salazar, que finalizó con su renuncia en una Ejecutiva celebrada antes del comienzo del evento.

Sánchez sólo se limitó a animar a las mujeres a que utilicen "los canales oficiales" y a "reforzar el protocolo de denuncias y confidencialidad". Un promesa incrustada entre otras 12 y que van desde mejorar el portal de transparencia, un protocolo antifraude o la modificación del Código Ético para expulsar a los "puteros".

Una batería con la que quiere dejar que, pese a tener a dos secretarios de organización investigados por corrupción, el PSOE tiene "gente buena, gente humilde que jamás metería la mano en la caja" y que peor es la oposición. "No somos como los otros, como la ultraderecha y Vox. No somos como los corruptos, que nadie quiera igualarlos en la indecencia", aseguraba mientras terciaba que lo que "ofrecen" es "la mentira y la corrupción"

En cambio, sí hubo mensajes sobre Ábalos y Cerdán, pese a no mencionar el encarcelamiento de este último a principios de semana. Para Sánchez, la "traición sufrida es dolorosa" porque "confié en ellos y no supe ver qué había detrás". Pese a admitirlo, no piensa asumir ningún tipo de responsabilidad y se mantendrá al frente. Sánchez se gusta de verse a si mismo como "el capitán de un barco" y suele recurrir a metáforas náuticas. Pese a que parece que el buque va a deriva, él asegura que "el capitán no se va y se queda a capear el temporal" porque es "consciente" de su "deber como secretario secretario general y presidente del Gobierno".

Su receta es esa batería de cambios y una serie de cambios cosméticos en la secretaría de organización pese a reconocer que "estas decisiones" son "muy difíciles". En lugar de Cerdán entra Rebeca Torró, mujer de confianza de Paco Salazar. El secretario general del PSOE ha elogiado su "carácter", "su rigor" y "su compromiso socialista". Además, estará acompañada por dos adjuntos, Anabel Mateos y Borja Cabezón porque quiere "reforzar el equilibrio de poderes dentro del partido" con la "existencia de cargos más colegiados en nuestra organización y doble firma en secretarios de organización". En cambio, el adjunto de Cerdán, Juanfran Serrano, ha sido recolocado en la Secretaría de Política Municipal. "Mi compromiso contra la corrupción es total, absoluto", aseguraba Sánchez ante el Comité Federal.

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