Así es el interior del renovado hotel Ritz en Madrid

La reforma del mítico hotel ha sido llevada a cabo bajo la tutela del arquitecto español Rafael de La-Hoz y los diseñadores franceses, Gilles & Boissier. Tiene 153 habitaciones lujosamente decoradas, de las cuales 53 son suites, con precios que rondan desde los 650 euros hasta los casi 15.000 de la suite Royal por noche

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La fachada principal del hotel y la puerta de entrada desde la plaza de la Lealtad.

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La impecable y luminosa recepción del hotel Ritz en Madrid.

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El interior del Pictura, el bar de cócteles del hotel. Fue el antiguo restaurante y su salón está restaurado exactamente igual que era en el siglo XX, eso incluye sus grandes lámparas de araña y todo el mobiliario.

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Al llegar a la barra sorprende la galería de retratos en formato fotográfico, inspirados en el Siglo de Oro español y en las pinceladas de Velázquez.

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La famosa terraza del Ritz, con su conocido jardín, ahora se distingue entre la gastronomía madrileña con una carta de Quique Dacosta mucho más fresca y renovada, un nuevo mobiliario y también los árboles.

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El detalle bajo los pomos de las puertas del bar del hotel embellecidos con cuero cordobés anticipan que es un lugar muy especial.

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El champán siempre está listo y frío en hotel Ritz de Madrid.

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Una vista del hall de fondo, bajo el entramado de la cúpula de cristal.

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El conocido chef Quique Dacosta despliega todo su talento culinario en Deessa, el restaurante estrella del hotel y el primer espacio de Dacosta en la capital española. En el bellísimo Salón Alfonso XIII, con sus vistas al Jardín del Ritz, se ha recuperado todo el pan de oro de su techos, se han restaurado las lámparas y se han añadido elementos decorativos de estilo neoclásico como varios bustos de mármol.

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El hall del Ritz ahora es un lugar luminoso y cálido, muy diferente a como se recordaba el antiguo, más oscuro y envejecido.

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El espacio del spa es totalmente de nueva creación. No existía en el momento del cierre del hotel y en la renovación se quiso crear un rincón mágico, que sugiriera que siempre estuvo allí y fue descubierto durante las obras, como si de una reliquia de la antigua Grecia se tratase.

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Detalle del techo del vestíbulo donde hojas de oro y plata suspendidas, captan la luz que entra al edificio mostrando un juego de luces y sombras como si de un fresco bosque se tratase.

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Todas las habitaciones tiene su número y un pequeño guiño a la realeza del hotel en la moqueta junto a la puerta.

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El arquitecto español Rafael de La-Hoz, encargado de la restauración, ha aprovechado cada rincón del hotel para inundarlo de luz natural. En este caso una de las escaleras.