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Los 200 años del Prado resumidos en catorce momentos clave

El 19 de noviembre de 1819 se inauguró el Museo Nacional del Prado, un centro de arte que hoy, 200 años después, es un referente a nivel mundial y uno de los principales atractivos de la capital de España. Atesora casi 8.000 pinturas, más de 6.500 dibujos, 3.000 grabados y unas 2.800 piezas como monedas o medallas. Posee la mejor colección de pintura española y obras maestras de algunos de los artistas internacionales más importantes.

311 pinturas
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311 pinturas

El edificio, diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva en 1785 como Gabinete de Ciencias Naturales, abrió al público en 1819 bajo el reinado de Fernando VII como Museo Real de Pinturas. La reina María Isabel de Braganza fue su fundadora. En este retrato, señala con una mano el edificio y con la otra los planos. Tras ocho días de apertura ininterrumpida, se dispuso que solo se podría acceder los miércoles y en horario bastante restringido. Además, si llovía, el museo cerraba. El primer catálogo constaba de 311 pinturas. / Imagen: María Isabel de Braganza como fundadora del Museo del Prado, de Bernardo López Piquer.

La contribución de Austrias y Borbones
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La contribución de Austrias y Borbones

La colección actual Museo del Prado tomó forma en el siglo XVI gracias a la contribución de Carlos V y los siguientes monarcas, tanto Austrias como Borbones. Aportaron obras maestras como El jardín de las Delicias de El Bosco, El caballero de la mano en el pecho de El Greco, La Sagrada Familia conocida como La Perla de Rafael, Carlos V en Mühlberg de Tiziano, El Lavatorio de Tintoretto, el Autorretrato de Durero, Las Meninas de Velázquez, Las tres Gracias de Rubens o La familia de Carlos IV de Goya. / Imagen: El jardín de las Delicias de El Bosco. 

La Revolución de 1868
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La Revolución de 1868

En 1838 se creó el Museo Nacional de la Trinidad, ubicado en el convento trinitario. Albergaba los fondos procedentes de instituciones religiosas desamortizadas de Madrid y alrededores. La Revolución de 1868 forzó su fusión con el Museo del Prado y hasta el edificio Villanueva se trasladaron cerca de millar y medio de cuadros y dibujos, entre ellos, importantes pinturas de Madrazo, Rosales, Sorolla o los cinco lienzos procedentes del Colegio de doña María de Aragón del Greco. En estos años, además, importantes familias aristocráticas españolas vendieron sus colecciones. Muchos de esos cuadros salieron de España, pero otros tantos acabaron en el Museo del Prado, como la colección Osuna o la de los duques de Pastrana. / Imagen: La Crucifixión, del Greco

La Sala de la Reina Isabel
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La Sala de la Reina Isabel

El edificio de Villanueva ha ido sufriendo modificaciones y ampliaciones desde que se inauguró. A mediados del siglo XIX, el espacio de forma absidial concebido como salón de conferencias fue repensado para convertirlo en una sala que albergase obras maestras que provocasen un fuerte impacto en el visitantes, a modo del planteamiento llevado a cabo por el Museo Louvre con su Salon Carré (inaugurado en 1851). Se llamó Sala de la Reina Isabel (por Isabel II) y mostraba pinturas de Rafael, Tiziano, Velázquez, Murillo, Rubens y Van Dyck. No gustó a todos por igual, pues algunos veían incomprensible mezclar artistas de diferentes escuelas. La selección de las obras allí expuestas fue variando con el paso del tiempo. En 1899, como homenaje a Velázquez en el tercer centenario de su nacimiento, una selección de sus obras sustituyó la Sala de la Reina Isabel. / Imagen: Caída en el camino del Calvario, de Rafael.

De "museo real" a "museo nacional" (1868)
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De "museo real" a "museo nacional" (1868)

El cambio de "museo real" a "museo nacional" dio paso a una política de depósitos. Cientos de obras propiedad de Prado se trasladaron a instituciones oficiales y otros museos. Actualmente, tiene dispersas por España más de tres mil obras con un doble objetivo: darle salida a obras que, por espacio, no tienen cabida en el museo y, por otro lado, evidenciar la dimensión del Museo. Es el conocido como "Prado disperso". / Imagen: San Fernando, de Murillo, expuesto en el Museo de Bellas Artes de Asturias.  

Las Pinturas Negras
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Las Pinturas Negras

Las Pinturas Negras, el resultado del Goya más tétrico y lúgubre, fueron pintadas por el artista aragonés al óleo directamente sobre las paredes de la Quinta del Sordo, una casa de campo que adquirió en 1819 a las afueras de Madrid, muy próxima al río Manzanares. Salvador Martínez-­Cubells, restaurador del Museo del Prado, fue el encargado de trasladarlas a lienzo en 1874. Llegaron al museo gracias a la donación del Barón Emile d’Erlanger en el siglo XIX. Este conjunto de catorce obras están plagadas de personajes horrendos, con gestos desoladores, que cautivan y estremecen al espectador. Son de las más buscadas por los visitantes. Imagen: Saturno, de Goya

El falso incendio de 1891
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El falso incendio de 1891

El periodista Mariano de Cavia usó una maniobra poco ortodoxa para alertar del riesgo que corrían las obras maestras del Prado. El 25 de noviembre de 1891, firmó una noticia en el diario El liberal en la que informaba de un horrible incendio que había afectado a las salas más importantes de la pinacoteca. "La catástrofe de anoche; España está de luto; Incendio del museo de pinturas", escribió. "A las dos de la madrugada, cuando ya no nos faltaban para cerrar la presente edición más que las noticias de última hora que suelen recogerse en las oficinas del Gobierno civil, nos telefoneaban desde este centro oficial las siguientes palabras siniestras y aterradoras: El Museo del Prado está ardiendo", añadió.  Ante una noticia de tal magnitud, muchos madrileños fueron inmediatamente al museo y allí descubrieron que todo era una farsa. Solo había sido un toque de atención que surgió efecto. Por aquel entonces, los empleados del museo vivían en los sótanos del edificio y solían encender braseros para calentarse y cocinar. La semana anterior a esta fake news hubo dos pequeños incendios. A partir de ese momento, se tomaron medidas.  “Hemos inventado una catástrofe… para evitarla", explicó de Cavia.

El expolio del Tesoro del Delfín
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El expolio del Tesoro del Delfín

El Tesoro del Delfín, un conjunto extraordinario de vasos preciosos de la colección de Luis de Francia, llegó a España como herencia de su hijo Felipe, el primer Borbón. Es un legado dinástico único, elaborado en cristal de roca y piedras como ágata, jaspe, lapislázuli o jade, con guarniciones de oro, plata y piedras preciosas. Han sido objeto de varios saqueos. Primero, por las tropas francesas en su retirada. Más tarde, en 1918, por un empleado del museo. Desaparecieron trece piezas y otras tantas sufrieron graves daños al ser desmontadas para venderlas por partes. El escándalo le costó el puesto al por entonces director del Prado, José Villegas Cordero. En 1989, se protegieron en una sala acorazada del sótano. En 2018, se colocaron en la sala circular que rodea la cúpula de la rotonda de Goya.

¿Aquí nació Tony Leblanc?
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¿Aquí nació Tony Leblanc?

El actor Tony Leblanc ha repetido toda su vida que nació en el Museo del Prado en mayo de 1922. Su padre era conserje de la pinacoteca y su madre dio a luz entre famosas pinturas. No imaginamos mejor lugar para que un artista venga al mundo que frente a Velázquez, Goya o El Greco. Algunos apuntan, sin embargo, que fue una simple broma de Leblanc, una historia inventada.

La peligrosa evacuación en la Guerra Civil
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La peligrosa evacuación en la Guerra Civil

Entre el 10 de noviembre del 36 hasta el 5 de febrero del 38, la Junta republicana del Tesoro Artístico sacó del Prado 525 obras –comenzando por La Rendición de Breda, de Velázquez– y las trasladó primero a Valencia, después a Barcelona y Figueras, y por último a Ginebra, donde llegaron en 1939. Pérez de Ayala dimitió como director de la pinacoteca cuando comenzó la guerra y el Gobierno de la República nombró a Pablo Picasso, que no pisó el museo mientras se sacaron las obras. Se eligió a María Teresa León, esposa de Alberti, para seleccionar las pinturas que saldrían de la capital. A su paso por Benicarló, un proyectil alcanzó una casa y el balcón se desplomó sobre el camión que trasladaba El dos de mayo de 1808 en Madrid de Goya. El lienzo se desgarró en casi una veintena de trozos y hubo que reentelarlo. Una vez en Cataluña, se llevaron al Castillo de Peralada y al de Figueras, espacios que almacenaban municiones del ejército republicano y, por lo tanto, eran objetivo de la aviación franquista. José Calvo Poyato critica "la improvisación negligente" de trasladar las obras tomada en contra de los informes técnicos emitidos en el ensayo El milagro del PradoImagen: El dos de mayo de 1808 en Madrid, de Goya. 

Plató de cine (1961)
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Plató de cine (1961)

Son muchas las personalidades de Hollywood que han visitado el Prado, a nivel turístico y también a nivel profesional. En el 61 se rodó El último chantaje de George Marshall, protagonizada por Rita Hayworth y Rex Harrison. Ese mismo año, Orson Welles rodó parte de la serie documental Viaggio nella terra di Don Chisciotte, realizado por durante su viaje por diversas regiones españolas acompañado de su familia.

Primera casa del 'Guernica' en España
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Primera casa del 'Guernica' en España

El Guernica,uno de los cuadros más emblemáticos de Pablo Picasso,  llegó a Madrid en 1981 procedente del Museo de Arte Moderno de Nueva York, para su instalación en el Casón del Buen Retiro, perteneciente al Museo Nacional del Prado. Era el deseo del artista malagueño. Picasso dejó escrito que una vez hubiera terminado el franquismo, el cuadro se expusiera al lado de Las Meninas de Velázquez, aunque esto nunca fue posible. Desde desde 1992, se encuentra en el cercano Museo Reina Sofía. 

Últimas incorporaciones
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Últimas incorporaciones

El Prado es un museo vivo, que crece. En las últimas décadas ha enriquecido su catálogo con obras sobresalientes, como Fábula y Huída a Egipto, de El Greco; La condesa de Chinchón de Goya o El barbero del Papa de Velázquez. Este último, por ejemplo, se adquirió en 2003 por 23 millones de euros en el mercado internacional. Fue pintado por el Sevillano en 1650 durante su segundo viaje a Italia, una etapa no representada hasta ese momento en el Prado, de ahí la importancia de su compra. Imagen: El barbero del Papa, de Velázquez

La Mona Lisa del Prado
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La Mona Lisa del Prado

Se pensaba que esta obra era una copia más de la Gioconda que atesora el Louvre. Sin embargo, entre 2011 y 2012 se le realizó un profuso estudio técnico que reveló que se trata de la copia de la Mona Lisa más temprana conocida hasta el momento. Su importancia reside en ser uno de los testimonios más significativos de los procedimientos del taller de Leonardo. Desde el dibujo preparatorio y hasta casi los últimos estadios se repite el proceso creativo del original y  las dimensiones de ambas figuras son idénticas, por lo que se especula con la posibilidad de que fueran calcadas partiendo del mismo cartón. Además, se puede probar que las dos obras fueron realizadas al mismo tiempo porque que cada una de las correcciones del dibujo subyacente original se repite en la versión del Prado. Imagen: Mona Lisa, taller de Da Vinci.

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