Mitos del cine
15 escenas que no serían nada sin su banda sonora
No resulta muy realista que cuando vemos una película se escuche música de fondo. Pero puede ser muy efectivo. Hasta el punto de que hay muchas escenas que sin la banda sonora que las acompaña y les da fuerza no serían ni mucho menos lo que son. Estas son algunas de ellas.
1 / 15
Lo que el viento se llevó (1939)
Uno de los momentos más famosos de la historia del cine y que seguramente mantendría buena parte de su fuerza sin música, pero no cabe duda de que el tema compuesto por Max Steiner lo hace especialmente memorable.
2 / 15
Hasta que llegó su hora (1968)
Las películas del oeste de Sergio Leone son famosas, entre otras cosas, por sus largos duelos, llenos de primeros planos, miradas y una tensión que va creciendo hasta el estallido final, labor en la que resulta imprescindible la colaboración de la música de Morricone. En esta película y La muerte tenía un precio la música juega un papel aún más importante, con la armónica y el reloj como personajes con entidad propia.
3 / 15
2001: una odisea del espacio (1968)
El pobre Alex North compuso la banda sonora de 2001 y se enteró en el estreno de que Kubrick la había sustituido por música clásica. Pese a la indudable falta de tacto del director, está claro que sin el Danubio Azul esta escena sería difícilmente soportable.
4 / 15
Rocky (1976)
Seguramente la secuencia más recordada de la película, casi un videoclip, hasta el punto que la música compuesta para ella se ha convertido en sinónimo de entrenamiento deportivo.
5 / 15
Apocalypse Now (1979)
Sería una buena escena de guerra sin música, qué duda cabe. Pero la cabalgata de las valquirias de Wagner la hace única.
6 / 15
Manhattan (1979)
Si la película siempre se ha considerado una declaración de amor a Nueva York por parte de Woody Allen, nunca es esto más visible que en su escena inicial, gracias en buena parte a la música de Gerswhin que la acompaña.
7 / 15
Carros de fuego (1981)
Vangelis ganó el Oscar por la música compuesta para esta película, que brilla en todo su esplendor justo al comienzo, en esa icónica carrera en la playa de Saint Andrews (Escocia) que seguro que no recordaríamos tanto sin la partitura.
8 / 15
ET, el extraterrestre (1982)
La imagen de la película es sin duda esa bicicleta volando con la luna de fondo. Pero no la recordaríamos tanto sin el memorable tema que John Williams compuso para ese momento y para el de la persecución, una escena que Steven Spielberg llegó a alterar en el montaje para que se ajustara a la composición.
9 / 15
Único testigo (1985)
Si Harrison Ford se pasa media película viviendo entre los amish sin entenderlos, al menos según transcurre la secuencia percibimos cómo empieza a admirarlos. La música de Maurice Jarre ayuda a que la construcción de este granero no sólo no resulte pesada sino que emocione.
10 / 15
Memorias de África (1985)
La de John Barry es una de las bandas sonoras más famosas de la historia y brilla en todo su esplendor en el romántico viaje en avión sobre África.
11 / 15
Cinema Paradiso (1988)
Uno de los mejores finales de las últimas décadas, del que mejor no detallar más por si alguien no ha visto la película, pero que alcanza en buena parte ese nivel de emoción gracias al fabuloso Ennio Morricone.
12 / 15
Azul (1993)
Toda la obra del polaco Kieslowski debe mucho a la música de Zbigniew Preisner, pero ninguna más que esta película, cuyos principales personajes son compositores, y sobre todo esta secuencia, en que dos de ellos orquestan juntos un tema.
13 / 15
El paciente inglés (1996)
Inspirada en Bach por petición del director, la música de Gabriel Yared transforma esta escena en la más hermosa de la película.
14 / 15
Deseando amar (2000)
Hay escenas que para funcionar necesitan la música... y también películas enteras, cuyo paradigma es este romántico film de Wong Kar-wai, que sería insoportable si la música no fuera tan maravillosa, y para muchos aún así lo sigue siendo. El final, en el que el protagonista masculino guarda el secreto de su platónico y efímero amor en las eternas piedras de Angkor Wat, logra emocionar gracias la bella y triste música de Michael Galasso... y a poco más, diría.
15 / 15
El misterio de los flamencos (2008)
Muchos documentales, especialmente los centrados en la naturaleza, necesitan de la música para acompañar a unas imágenes que muchas veces no llevan comentario. Y aunque esta película de DisneyNature no sea quizá la más famosa, posiblemente sea la que mejor emplea una composición creada específicamente para ella por The Cinematic Orchestra.
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