
Una de las primeras manifestaciones plenas del románico en España está en los recónditos valles del pirineo catalán y, sobre todo, en el Vallé de Boí, donde un conjunto de iglesias absolutamente excepcional ha merecido ser reconocido como Patrimonio de la Humanidad. La más destacada de ellas es, probablemente, San Clemente de Tahull -consagrada en 1123-, con su elegante estilo románico lombardo que logra una integración perfecta con el bellísimo paisaje. | Flickr/wsrmatre