Cuatro museos de Cuenca que no hay que perderse
Paleontología, ciencia, arqueología o el mejor arte abstracto del siglo XX se dan cita en el curioso e interesante panorama de museos de Cuenca.
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Cuenca y unos curiosos turistas vistos desde la entrada del museo.
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Visitantes observan uno de los cientos de fósiles del MUPA.
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El exterior del Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha, que aprovecha unos edificios modernos pero construidos antes de su creación.
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La reproducción de un Gomphotherium, un pariente de los elefantes que vivió en el Mioceno.
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El Concavenator es la estrella del MUPA y, según algunos estudios, tendría notable importancia en la evolución de los dinosaurios.
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Este es el espectacular fósil del Concavenator, uno de los más completos que se ha encontrado nunca en la Península Ibérica.
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El cráneo de un gran cocodrilo prehistórico.
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El Ídolo de Chillarón es una de las piezas más curiosas del Museo de Cuenca.
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Una de las salas más bonitas del museo es la dedicada a Segóbriga.
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Una hemosa estatua romana encontrada en la antigua ciudad de Segóbriga.
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La Máquina del Tiempo que recibe en la primera sala del Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha.
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Una reproducción de uno de los módulos de la Estación Espacial Internacional es uno de los puntos más interesantes del museo.
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Una reproducción de la Tierra ofrece información interactiva sobre nuestro planeta.
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Una de las salas del Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha.
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La entrada al museo.
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El Museo de Arte Abstracto Español cuenta con una sede inmejorable pero a priori inverosímil: las famosas Casas Colgadas de Cuenca.
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El histórico edificio se ha ido adaptando de maravilla a su nueva función, con salas blancas, espaciosas y hermosas, con mucha luz natural.
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Aunque algunas salas se han dejado voluntariamente oscuras, con lo que se crea un hermoso juego en el que parece que las obras floten en la nada.
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Una de las piezas más llamativas del museo es este retrato de Brigitte Bardot pintado por Antonio Saura, se dice que cuando estaba enamorado de la actriz francesa.
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Una escultura de Oteiza, en una de las salas del museo.
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