Diez maravillas para recordar a Van Gogh
Un 29 de julio de 1890 moría Vincent van Gogh en Auvers-sur-Oise, Francia. Sólo tenía 37 años pero dejó cientos de cuadros y una impresionante colección de obras maestras. Les recordamos diez de ellas.
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La noche estrellada, Museum of Modern Art, Nueva York
Van Gogh es, sin lugar a dudas, uno de los personajes más apasionantes de la historia del arte y uno de los pintores más personales que han existido jamás. En el aniversario de su muerte le recordamos con una selección de diez de sus grandes obras que, como no podía ser de otra forma, encabezamos con su Noche estrellada
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Trigal con cuervos, Van Gogh Museum, Ámsterdam
El pintor holandés tenía una forma de ver la naturaleza totalmente personal y absolutamente apasionada, como se puede ver en los muchos campos de trigo que pintó y, especialmente, en este bellísimo cuadro que muchos expertos coinciden en señalar como su última obra.
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Trigal con cipreses, Metropolitan Museum of Arts, Nueva York
Otro campo de trigo, en este caso pintado en 1889 y dentro de una serie en la que se centró en los cipreses. El propio Van Gogh lo consideró uno de sus mejores "paisajes de verano" y su cielo es uno de los más bellos jamás pintados
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Autoretrato herido, Courtauld Institute Galleries, Londres
Van Gogh fue también un genial retratista y quizá un todavía más genial autorretratista. Los muchos cuadros en los que se pintó a sí mismo son obras maestras pero hemos elegido éste en el que se percibe con singular claridad el personaje débil y herido (no sólo físicamente en ese momento) que era el pintor.
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Joseph Roulin, Kröller-Müller Museum, Otterlo, Holanda
Durante su estancia en Arlés, Van Gogh trabó una gran amistad con Joseph Roulin, el cartero del pueblo, y su familia. Pintó decenas de retratos de ellos, algunos muy similares con diferentes fondos, como este pintado en abril de 1889 que tiene un aire naif encantador.
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Almendro en flor, Van Gogh Museum, Ámsterdam
Este delicado cuadro de Van Gogh muestra la influencia que había empezado a ejercer en él el arte japonés. El lienzo tiene una bonita historia: fue un regalo del pintor a su hermano Teo por el nacimiento de uno de sus hijos.
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Habitación en Arlés (tercera versión), Musée d'Orsay, París
Van Gogh pintó hasta tres veces su famosísima Habitación en Arlés: la primera versión sufrió daños en una inundación y las dos siguientes fueron copias del primero, un cuadro en el que el simbolismo de los colores lo es todo.
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Los girasoles, (tercera versión), Neue Pinakothek, Munich
En algunas ocasiones Van Gogh repetía el mismo motivo en diferentes pinturas; por ejemplo, en los grupos de girasoles, de los que hizo dos series. Una curiosidad es que fue retratado por Gauguin mientras pintaba uno de estos cuadros.
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Hospital de Saint Remy, Hammer Museum, Los Ángeles
Van Gogh entró voluntariamente en el hospital psiquiátrico San Pablo de Saint Remy en mayo de 1989. Permaneció allí un año y, curiosamente, los 15 meses desde su ingreso hasta su fallecimiento fueron de los más prolíficos de su vida. Por supuesto, el propio hospital fue objeto de muchas pinturas, como esta en la que se retratan los árboles del jardín.
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Iglesia de Auvers-sur-Oise, Musée d'Orsay, París
Tras abandonar el hospital, Van Gogh se trasladó a Auvers-sur-Oise, donde alternando periodos en los que era incapaz de pintar con otros de actividad febril, logró terminar docenas de cuadros. Uno de ellos fue esta imagen de la pequeña iglesia gótica de la villa, que es sin duda una de sus obras más conocidas.
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