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Dordrecht, Holanda pura

La pequeña y antigua ciudad de Dordrecht nos ofrece todo aquello que esperamos de un viaje a Holanda.

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Casas junto a uno de los canales de la ciudad

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Uno de los canales de Dordrecht junto a una terraza

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La fachada de Dordrecht desde el río Merwede es quizá su imagen más conocida y ha sido pintada por muchos paisajistas clásicos neerlandeses

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La calle Voorstraat reúne muchas tiendas peculiares, incluyendo bastantes de artesanía y antigüedades

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La Iglesia de Nuestra Señora vista desde el canal junto a ella

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El interior gótico y austero de la iglesia

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La torre de la iglesia tuvo que dejarse a medias porque el terreno no era lo suficientemente fuerte para sostener los más de 100 metros del proyecto original

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Uno de los canales de la ciudad

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Una plaza del centro de la ciudad muy animada la mañana de un viernes

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El animado mercado callejero de productos orgánicos que se celebra los viernes en Dordrecht es conocido como uno de los mejores del país

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Con sus casi 150 años de historia y un precioso local en el centro de la ciudad la destilería artesanal Rutte es un lugar de paso obligado en la ciudad, incluso sin probar sus estupendas ginebras

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Dordrecht es también un buen destino gastronómico, sobre todo con excelentes platos de pescado como este rodaballo del restaurante del hotel Bellevue Groothoofd

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Villa Augustus, un peculiar edificio que era una torre de agua y se ha convertido en un moderno hotel y restaurante

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El enorme puente levadizo sobre el Merwede que permite la entrada de las líneas férreas al centro de la ciudad

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Una imagen de las orillas del Merwede al caer la noche

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De Biesbosch es un Parque Nacional a las afueras de la ciudad

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Canales y bosques de sauces forman el delicioso paisaje del parque

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Las plantaciones de Sauces tenían gran importancia económica, pero hoy en día la mayor parte del terreno ha sido recuperado por la naturaleza

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Muchos holandeses, y también belgas o alemanes, visitan el parque y disfrutan de él en embarcaciones de diversos tipos

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También se pueden hacer rutas a pie en De Biesbosch, con pequeños puentes que unen las diferentes islas que conforman el terreno

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