El 'desfalcon' de Pedro Sánchez bate records

El actual presidente del Gobierno es el que más uso ha dado al Lince01, avión del Ejército que utiliza -supuestamente- para viajes oficiales, aunque pareciera que se trate de su jet privado. Es bastante habitual que se traslade en él para acudir a actos del PSOE o actividades lúdicas del gusto de Sánchez y su esposa. Eso sí, siempre coincidiendo con alguna visita o reunión anecdótica que justifique su uso, al menos sobre el papel.

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Pedro Sánchez a bordo del avión oficial Falcon. La imagen -objeto de mofa y memes en las redes sociales- fue publicada el 24 de junio de 2018 por Moncloa en su perfil de Twitter en su perfil de Twitter. El socialista acababa de llegar al Gobierno.

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Pedro Sánchez viaja en Falcon para acudir a la cumbre de Bruselas "a defender la Europa de los derechos sociales y luchar contra la xenofobia", según señaló Moncloa en su publicación en Twitter.

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A lo largo de la legislatura, Sánchez ha viajado en innumerables ocasiones a Cataluña en Falcón, a pesar de que podía haber elegido otros medios más baratos y menos contaminantes para llegar hasta allí. Aquí la ruta del vuelo del 20 de diciembre de 2018.

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Tanto es así que el uso indebido que Sánchez hace del avión del Ejército ha sido inspiración de memes prácticamente desde su llegada a la Moncloa. El 31 de diciembre de 2018, cuando apenas llevaba seis meses en el Gobierno, una twittera publicaba una imagen del matrimonio presidencial en su caja de playmobil.

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Por su parte, las Nuevas Generaciones del PP montaron -a modo de denuncia- la agencia Falcon Viajes, muy cerca de la sede del PSOE en la calle Ferraz de Madrid en abril de 2019.

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No le afectó mucho al presidente, que siguió haciendo uso de la flota del Ejército sin pudor. En la imagen vemos a Pedro Sánchez y su mujer, Begoña Gómez, en el concierto de The Killers en el Festival de Benicasim, tras volar a Castellón en el Falcon. Era el 21 de julio de 2019.

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Sánchez ha llegado a movilizar hasta en 54 ocasiones en un solo mes el avión Falcon y el helicóptero Súper Puma del Ejército. Viajes de corta distancia que bien podría haber realizado de otra manera.

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La estrategia de Sánchez para encubrir el uso del Falcon como un jet privado es poner en su agenda una visita oficial de segundo o tercer nivel que no le robe más que unos minutos -los de la foto-. Así empezó el 2022, cuando voló a Granada en el Lince01 (código del avión militar que utiliza el Ejecutivo). Visitó las instalaciones de la farmacéutica Rovi el mismo día de la presentación oficial de la candidatura de Juan Espadas a la Presidencia de la Junta de Andalucía.

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Pero Sánchez no es el único hipócrita climático del Gobierno. La ministra de Igualdad, Irene Montero, viajó con toda su panda a Nueva York el pasado verano en el avión militar: más caro y más contaminante que una aeronave comercial.

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La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, tampoco ha escatimado a la hora de dar uso al Falcon. Viajó en él en diciembre de 2021 para acudir a una audiencia privada con el Papa Francisco en el Vaticano.

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Entre los viajes más polémicos de 2022, se encuentra el realizado por Sánchez el 16 de agosto. Obligó al Falcon a volar vacío desde Madrid para recogerle en Lanzarote -donde se encontraba de vacaciones- y desplazarse en él hasta La Palma, en lugar de coger cualquiera de los vuelos regulares que salen diariamente entre islas. Un auténtico despropósito que cargó -una vez más- a la cuenta de los contribuyentes.

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Sánchez se le ha cogido el gusto a viajar a todo trapo. Despide el año volando junto a su esposa a Barcelona. El socialista y Begoña Gómez asistieron el 23 de diciembre al último concierto de Joan Manuel Serrat en el Palau Sant Jordi. Era el último de la gira ‘El vicio de cantar’ y -se supone- de su carrera. Esta vez el presidente ni siquiera se fabricó una excusa que justificara el uso del avión militar.