'The art of manga', los orígenes y el boom en España
Laura Galdeano
Alicia tenía 10 años cuando conoció a Lewis Carroll y mantuvieron su amistad hasta después de casada. Fue su niña-modelo favorita, su primera musa. Cordon Press
Intentó casarse con ella pero el padre de Alicia, el decano de la universidad donde daba clases Lewis, no dio el consentimiento por la diferencia de edad. Mantuvieron la relación por carta toda la vida.
El escritor británico tuvo la idea de escribir este clásico de la literatura en un paseo por el río Támesis en 1962 con Alicia Lidell y sus hermanas.
Henry George Liddell, padre de Alicia y capellán de la Christ Church de la Universidad de Oxford, donde Charles Lutwidge daba clases de matemáticas. Llegó a pedir al escritor que se alejara de su hija cuando la pidió en matrimonio. Alicia tenía 13 años.
Escribió sobre ella: "Siempre tengo en el corazón la imagen de Alice, mi primera amiga niña, la que fue mi ideal durante tantos años. Desde entonces, he tenido decenas de amigas niñas, pero con ellas todo ha sido diferente".
Era costumbre salir de paseo todos juntos. En estas tardes es cuando Lewis echaba a volar su imaginación y contaba a los niños extravagantes aventuras.
Carroll cuidaba al máximo la puesta en escena de sus maravillosas fotografías. Ésta con estilo oriental. Suele poner a las modelos mirando al objetivo o con la vista perdida, pensando.
Las fotografías carecen de espontaneidad, son el intento de inmortalizar un momento, un concepto, una sensación; así como de buscar la perfección del ser humano en la infancia.
Alicia y Charles estuvieron 25 años sin verse, después retomaron la amistad. En esta fotografía, tomada por Lewis Carroll, se ve a una Alice lánguida, ojerosa, triste. Ya se había casado con el marido que le impuso su padre.
Alicia Liddell (1852-1933) posando con un ejemplar de la segunda parte de Alicia en el país de las maravillas, Alicia a través del espejo.
Fue un genial fotógrafo. Que fotografiara niñas, más que niños, y algunas desnudas, le ha costado acusaciones de pederastia. Pero no fue así. En la época victoriana eran normales este tipo de posados. Ninguna de las niñas a las que inmortalizó ni sus familiares se quejaron.
Alice (derecha) y sus hermanas, Edith y Lorina, comen cerezas en una fotografía escenificada por Carroll (1858).
Seis de las hermanas de Charles Lutwidge Dodgson y su hermano Edwin. Fotografiados en el salón de la Rectoría en Inglaterra por Lewis Carroll.
En 2013 se publicó el libro El hombre que amaba a las niñas de Servando Rocha. En él se concluye que Lewis amó a Alicia pero también que siempre la respetó. Rocha analizó 700 cartas y 600 fotografías originales.
Otra de las imágenes más conocidas de la musa de Carroll. Cuentan que se relacionaba con las menores como si él también lo fuera, con un lenguaje propio de esta edad y haciendo juegos de palabras.
El escritor fotografió a muy pocos varones. Sin duda preferías las niñas. La pose de los modelos se repite en toda su colección. Medio de lado y reposando en un sofá.
A Carroll le encantaba la escenografía dramática. Aquí unos niños representando una historia épica recreada por el autor.
Es la niña que más veces poso para el autor de Alicia en el país de las maravillas. Carroll dejaba de fotografiar a todas las niñas una vez que llegaban a la edad adulta. Alexandra posó por última vez con 16 años. Era hija del deán de la catedral de Winchester.
Sólo se conoce un 60% del material que el escritor dejó a sus herederos. Hoy día muchas de las imágenes no se podrían entender por el cambio de moral en la sociedad.
Dedicó su vida a la fotografía, fue un gran retratista. Sin duda era su pasatiempo preferido.
Cuando la duquesa de York visitó el teatro St James Theatre para asistir a la Matinee en memoria de Lewis Carroll, fue recibida por una guardia de honor de chicas de la alta sociedad inglesas disfrazadas de los personajes de Alicia en el País de las maravillas.
Escena en la sala de subastas Sotherby durante la venta de los manuscritos de Lewis Carroll en abril de 1928.
El autor, en vez de hablar de modelos desnudas, prefería decir que posaban con "un vestido hecho de nada". Los padres siempre daban el consentimiento para los retratos.
Al parecer tiró más de tres mil imágenes. Sólo se conserva un millar.
Creía en "la divinidad de la belleza". Encontró la perfección moral, estética y física en la inocencia.
Conocido por su seudónimo, Lewis Carroll. Fue diácono anglicano, lógico, matemático, escritor y fotógrafo.