Los grandes números musicales de la historia del cine
Películas como El retorno de Mary Poppins pone de moda de nuevo uno de los géneros clásicos del cine, el musical, que ha dado alguno de los mejores momentos de la historia del séptimo arte. Recuperamos algunos en los que música, baile e imágenes se han unido para crear experiencias cinematográficas inolvidables.
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America - West Side Story
West Side Story es uno de los musicales más ambiosos de la historia: música de Leonard Bernstein -uno de los autores más destacados de la música clásica del siglo XX- y dirección de uno de los que era en ese momento uno de los talentos al alza en Hollywood, Jerome Robbins, y un amplísimo reparto de jóvenes promesas. El América es sin duda su número más conocido y quizá el más completo: la música es maravillosa, el baile es fantástico y se describe de una forma fantástica la situación vital de los protagonistas
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Cheek to cheek - Sombrero de copa
La improbable pareja que formaban Fred Astaire y Ginger Rogers fueron las grandes estrellas del músical ya en los años 30 y llevaron a su cénit un tipo de comedia romántica aderezada con fantásticos números de baile que hoy nos maravilla por la inocencia de sus argumentos y por la sofisticación de sus números. Quizá Sombrero de copa es el mejor ejemplo de aquel subgénero.
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Cantando bajo la lluvia - Cantando bajo la lluvia
Decir Cantando bajo la lluvia es decir musical, probablemente se trata de la película musical más popular de la historia y una de las más populares de cualquier género. El número que da nombre a la película no sólo es una auténtica exhibición de música y baile por parte de Gene Kelly, sino que es también toda una lección de dirección y montaje de Stanley Donnen y el propio Kelly. CINE con mayúsculas
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Who's that man? - Un día en las carreras
Criados artísticamente en el teatro de variedades, los Hermanos Marx trasladaron al cine la fórmula: una película cómica con algunas canciones entre medias. Normalmente, el resultado puede ser más o menos curioso pero sirve sobre todo para ralentizar el frenético ritmo que Groucho y los suyos sabía darle a sus comedias, pero en Un día en las carreras este número en una supuesta aldea de negros pobres es tan rápido y tiene una vitalidad tal que lo convierten, probablemente, en el mejor que rodaron nunca los Marx
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Un americano en París
Esta película de Vicente Minelli con música de George Gershwin es uno de los ejemplos más notables del musical romántico y elegante que prácticamente monopolizaba el género durante los 40 y los primeros 50. Un americano en París no sería lo que es sin Gene Kelly aportando un nivel de calidad al alcance de muy pocos y números que quedaron para el recuerdo como este
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New York, New York - Un día en Nueva York
Frank Sinatra y Gene Kelly cantando y bailando con Nueva York como fondo y con la música de Leonard Bernstein. El resultado es por supuesto espectacular y el número es uno de los más recordados de la historia del cine aún a pesar del trajecito de marinero que visten los protagonistas
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La primera sirena
Sin especial talento para la canción ni el baile, Esther Williams se convirtió en una estrella del musical de los años 40. ¿Cómo es posible? Nadadora profesional -la II Guerra Mundial la privó de participar en las olimpiadas-, fue fichada por la MGM y fundó un género propio, el de los musicales acuáticos. Los guionistas recurrieron a todo tipo de tretas para que la hermosa californiana se zambullera en gran parte de sus películas. Su estrella se apagó a mediados de los 50 pero la recordamos por cantar la primera versión de Baby, it's cold outside y por números tan sugerentes como este.
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Diamonds Are a Girl's Best Friend - Los caballeros las prefieren rubias
Además de ser una divertidísima comedia y una excelente película, Los caballeros las prefieren rubias nos ha dejado para la posteridad un número absolutamente mítico con este Diamonds are a girl's best friend que nos demostró que quizá Marliyn Monroe no fuese la mejor bailarina ni la más excepcional cantante, pero que nos daba exactamente lo mismo
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Baile del barril - Siete novias para siete hermanos
Dos años después de Cantando bajo la lluvia Stanley Donen volvió a acertar con esta película que es un canto al musical clásico y a su inocencia y encanto. Toda Siete novias para siete hermanos es más que notable pero probablemente el cénit de la película es este baile que se convierte en un número genial pese a que nadie canta, pero que es auténtica maravilla de la danza atlética y al mismo tiempo elegante de moda en esa época y también de expresividad.
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Helly, Dolly! - Helly, Dolly!
Los musicales siempre han ido a su aire: la década de los 60 comenzó con el renovador West Side Story y acabó con Hello, Dolly!, un título que ya resultaba añejo en el momento de su estreno, tan diferente a los gustos del público como lo eran sus dos estrellas, Walter Matthau, de la vieja escuela, y Barbra Streisand, un terremoto con ego. Aun contando con Gene Kelly tras la cámara fue un espectacular fracaso. Eso no impide que las encantadoras canciones y los ampulosos bailes sigan resultando deliciosos. Louis Armstrong había versionado la canción homónima en 1964; contar con él para la escena final fue el mayor acierto de la película
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Do Re Mi - Sonrisas y lágrimas
Un caso insólito: los argumentos que esgrimen los detractores de Sonrisas y lágrimas coinciden con los de los defensores: sensiblería a raudales, canciones sobre gotas de rocío y bigotes de gato y la voz y la bondad de Julie Andrews, ambas infinitas. La lección de solfeo de Do Re Mi, primero con falso decorado y después por las calles de Salzburgo, desentierra nuestras más lampiñas emociones.
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Step in time - Mary Poppins
Quizá el mejor musical compuesto para el cine -sí, El Mago de Oz es intocable, pero este lo supera en cantidad y registros-, Mary Poppins es un generoso exponente del genio de los hermanos Sherman. Desde la canción de la madre sufragista hasta el inolvidable Supercalifragilísticoespialidoso, pasando por el emotivo Feed the birds, el favorito de Walt Disney, o la oda a la inversión Fidelity Fiduciary Bank, todos los números maravillan. Aquí destacamos el antológico baile de los deshollinadores por los tejados de Londres. ¿Saben los pobres divertirse más que los ricos? Sea cual sea el subtexto, uno solo desea, por muchos visionados que lleve en el cuerpo, que Mary Poppins jamás despliegue su paraguas por última vez.
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Tradition - El violinista en el tejado
Estrenada en 1971 puede que El violinista en el tejado quedase un tanto anticuada con cierta rapidez ante la renovación del género musical en los 70, pero aún así es tanto una buena película como un musical cargado de canciones inolvidables como If I were a richman y de grandes números como este Tradition que en unos pocos minutos nos introduce de lleno en la vida de la pequeña comunidad judía que protagoniza la historia
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Willkommen - Cabaret
Bob Fosse es uno de los grandes nombres en la historia del musical en todas sus facetas: fue bailarín, coreógrafo y después dirigió musicales tanto en el teatro como posteriormente en el cine. Con Cabaret obtuvo su primer gran éxito en una película en la que hay muchos números que se podrían destacar pero hemos elegido este Wilkommen con el que empezaba el film y en el que en unos minutos se introduce al espectador en la temática y el ambiente de la película, se le presenta a algunos de los personajes importantes -sobre todo al genial Maestro de Ceremonias- y se echa a andar la narración sin dejar que pare la música
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Bye, bye life - All that jazz
La carrera de Bob Fosse llegó a un nuevo cénit con All that jazz (Empieza el espectáculo), que es quizá su película más personal y, de hecho, muchos dicen que es autobiográfica. Su escena final es absolutamente espectacular y tiene todo lo que debe tener un gran número de musical: una canción brillante, un coreografía impactante, una imagen sorprendente, una dirección deslumbrante y un montaje trabajadísimo... Incluso a través de una estética tan de su momento que hoy nos puede parecer muy desfasada mantiene su actualidad y su vigencia, amén de haber resultado más que influyente en la evolución del género
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Superstar - Jesucristo Superstar
En los 70 el musical dió un cambio radical tanto en la música, como en la temática como, por supuesto, en la estética. Jesucristo Superstar es sin duda uno de los grandes culpables de ese cambio. El resultado es desigual, la película se queda un tanto incomprensible y por momentos un tanto surrealista no queda claro si voluntariamente, pero tiene momentos hilarantes como la aparición de Herodes y también números de gran brillantez como este Superstar
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You're the one that I want - Grease
Grease es una versión remozada del éxito de Broadway, con nuevas canciones y un equipo variopinto que reunió a viejas estrellas de Hollywood en horas bajas y prometedores talentos que nunca llegaron a cuajar -salvo Travolta, reconvertido en acartonado héroe de acción-. Ha alcanzado la categoría de clásico intergeneracional, es el título por excelencia de las funciones escolares y el de los bailes más recreados en cualquier pista. Ojalá todas las ferias trajeran unos Danny y Sandy incorporados.
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Hot lunch - Fama
Estrenada en 1980, Fama no solo fue un taquillazo sino que marcó todo un hito y renovó el género con historias que hasta ahora no se contaban en este formato. La dirección de Alan Parker resultó muy efectiva y se lució en algunos números como este Hot Lunch que se aprovecha maravillosamente de las posibilidades que le da el argumento de la película: ¿dónde si no es en una escuela de artes se podría haber encontrado a tantos talentos con tantas ganas?
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What a feeling - Flashdance
Aunque hoy pueda parecernos algo superada, Flashdance fue un tremendo éxito que marcó buena parte de lo que sería el musical durante la mayor parte de los 80 y sus números y sus canciones pasaron de inmediato a la cultura popular, especialmente este boom final reivindicativo
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(I've had) The time of my life - Dirty dancing
Hoy en día hay dos tipos de matrimonios: los que escogieron esta canción para su primer baile y los que no se atrevieron. Canto de cisne del género musical ochentero -camisetas de tirantes, calentadores, sudor y ningún argumento-, la película contiene estos cuatro minutos para volar y otros 93 para olvidar
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I have seen it all - Bailando en la oscuridad
Bailando en la oscuridad es, probablemente, el antimusical más perfecto: una película más que dramática rodada con un estilo que no podía esta más lejos del glamour hollywoodiense para contar una historia triste y tétrica. Sin embargo, contaba una impresionante interpretación de la cantante Björk y con este número que, a su modo, era un homenaje al musical clásico y es, sin duda, excepcional. La canción, además, ganó Oscar y Globo de oro
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We both reached for the gun - Chicago
El cínico y encantador Billy Flynn (Richard Gere), el abogado más cotizado de Chicago, trabajaría hoy para políticos o personajes del corazón. Pero en este caso debe convertir el crimen pasional de Roxie (Renée Zellwegger, brillando como nunca) en un drama que conmueva a las masas. La alegoría de los títeres quizá no es muy sutil, pero el deslumbrante montaje -como en toda Chicago- encumbra este despiadado y vigente charlestón
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I dreamed a dream - Los Miserables
Los miserables es la película más reciente de nuestra galería. Hasta ese momento era uno de los poquísimos grandes musicales de teatro que aún no tenía una versión cinematográfica lo bastante sólida y se hizo un gran esfuerzo para remediarlo con un resultado al menos notable y, por momentos, sobresaliente. Quizá lo mejor de todo sea esta bellísima canción interpretada de una forma absolutamente arrebatadora por una Anne Hathaway suprema que demuestra que, aunque lo que nos gusta del músical son los grandes números llenos de gente y ritmo la sencillez absoluta puede ser también espectacular: a veces basta con una canción, una cámara fíja, una única toma y, eso sí, muchísima verdad
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