The Legend of Zelda: 30 años recorriendo Hyrule
Ricardo Martínez Cantudo
Ah, el viejo robot de plastiquete R.O.B. Un ambicioso proyecto de Nintendo y una de sus mayores pifias a la vez. Robotic Operating Buddy, que eso significaban las siglas, pretendía ser un ciberamigo con el que jugar a la NES cuando ninguno de tus colegas de carne y hueso estaba disponible. ¿Qué podía salir mal? Todo. Solo hubo dos juegos compatibles: Gyromite y Stack-up, y pronto se retiró del mercado. Pobre, pobre R.O.B.
Esta grotesca obra de arte jugona homenajea al chiflado que intenta decapitarte en Resident Evil 4 con esta ruidosa arma. Y te da a la vez la oportunidad de dejarte los dedos tratando de abrirte paso en el survival horror con un mando incómodo a más no poder. Con su peana y sus preciosas manchas de sangre, la verdad es que se merece más estar en tu estantería que enganchado a tu consola.
Los juegos de pesca son muy populares en Japón y por eso Dreamcast tuvo un mando que era la caña –perdón por la broma fácil– y perfecto para usar en títulos como Sega Bass Fishing. Aunque pienses que esperar pacientemente a que un pez pique el anzuelo no es tu idea de diversión, hay que reconocer que este mando cumplía su objetivo a la perfección y funcionaba de lujo. Ahora tienes uno parecido más a mano y de cartón que te puedes construir tú mismo en Nintendo Labo.
Hoy en día la habilidad de usar gestos para controlar a tus personajes en pantalla nos parece normal, pero en los 80 era todo un desafío. Y Nintendo lo intentó de la manera más molona posible: con un mando-guante de aspecto fantástico... y penoso resultado. ¿Alguna vez has jugado a Wii con un mando que se está quedando sin pilas? Pues así funcionaba Power Glove. Al menos en la película El Campeón del Videojuego hacía parecer a Fred Savage bastante guay.
Si eres fan de la saga Dragon Quest, este te va a encantar. Pero guarda la tarjeta de crédito y deja que terminemos de hablarte sobre él antes de lanzarte a comprarlo online. Se trata de una perfecta reproducción de uno de los personajes más populares de esta divertida franquicia JRPGs... pero tan perfecta como insoportablemente incómoda, tanto a la hora de apoyarla como cuando tratas de alcanzar los botones. ¿Que aún quieres comprarte este mando… Allá tú, es tu dinero...
Con sus dos joysticks, tres pedales y ¡40 botones!, gracias a este megamando podías controlar absolutamente cada detalle del juego de mechas para Xbox. Era casi como conducir tu propio Mazinger Z. Eso sí, a la vez era una experiencia para fans con ganas de gastarse 200 dólares de la época (2002) en un enorme cacharro que solo servía para un único juego. Tan cool como absurdo.
¿Quién no ha disfrutado jugando una partida a los bolos en Wii? Era tan divertido como sencillo. Hasta tu abuela podía jugar. ¿Pero hacía falta un mando-bola para jugarlo? Por supuesto que no. Y aun así alguien decidió fabricarlo. Se trata de una carcasa en forma de bola de bolos para el mando de Wii que usas como, vaya, una bola de bolos. Una soberana tontería. ¡Al calabozo de los mandos absurdos!