Las películas de 1986 que cumplen 30 años
Menudo año, 1986. La cantidad de películas que cumplen 30 años este 2016 es tan extensa y variada que merece una selección de apenas 20 títulos. Y desde luego, demuestra una cosa: si ése no fue un gran año para el cine, entonces no lo fue ningún otro. Puede que no les gusten todas, o que muchas de ellas no sean exactamente clásicos. Pero seguro que las recuerdan... | Juanma González @confecinepata
1 / 20
La Mosca (David Cronenberg, 1986)
Otro canadiense dando el salto al cine de gran presupuesto fue David Cronenberg y su remake de la clásica película de terror... Que en sus manos resultó visionaria. En apenas 90 minutos el director nos trasladó los terrores de la nueva carne respetando el apasionado romance de la pareja protagonista, Jeff Goldblum y Geena Davis. El sangriento acto final, la música de Howard Shore... La Mosca sigue siendo un gran filme de terror.
2 / 20
Los Inmortales (Russell Mulcahy, 1986)
Hablemos claro: hay películas que conviene revisar y otras que, a lo mejor, no. Quizá Los Inmortales sufra si la volvemos a ver, con un guión que es como las montañas de Escocia: tan sencillo como abrupto. Pero los ochenta eran buenos creando iconos, y aquí tenemos a Juan Ramírez, la música de Queen, la videoclipera puesta en escena del injustamente menospreciado Russell Mulcahy (¡vivan los neones y el vapor!), y hasta una escena de sexo a contraluz. Y todo el mundo sabe que el sexo a contraluz es magia.
3 / 20
Aliens. El Regreso (James Cameron, 1986)
"Esta vez es la guerra", era el gráfico slogan del primer filme de gran presupuesto de James Cameron. Y vaya si lo fue. El canadiense transformó el terror espacial en pura acción bélica, y el resultado fue una brutal progresión narrativa de dos horas y media que cosechó multitud de nominaciones al Oscar, y que aún hoy nos deja pegados al asiento.
4 / 20
Platoon (Oliver Stone, 1986)
Ya sabemos lo que le gusta a Oliver Stone impartir doctrina. Pero cuando acierta (JFK, Nacido el cuatro de julio) pasan cosas como esta Platoon, primero de los grandes relatos de Stone dedicados al Vietnam, los horrores de la guerra y el gran fracaso americano. No en vano fue la ganadora del Oscar a la mejor película ese año. Y sí, su reparto no podía ser más ochenter: Charlie Sheen, Tom Berenger, Willem Dafoe, Kevin Dillon, Forest Whitaker...
5 / 20
Cuenta conmigo (Rob Reiner, 1986)
La adaptación del relato El Cuerpo, de Stephen King, demostró al mundo que el de Maine sabe escribir algo más que terror sobrenatural... aunque el horror habite tras todas sus líneas y fotogramas. Ambientada en los 50 (aunque no en Nueva Inglaterra, sino en Oregón), Cuenta conmigo es un drama con mucho humor y retazos de aventura, pero al final drama en toda regla. Uno que, eso sí, respeta el juego y la perspectiva infantil y que tiene un guión económico y matizado y una realización igualmente precisa, obra de Rob Reiner (que dirigiría Misery, también de King). El tema de Ben E. King y los cuatro chavales hicieron el resto.
6 / 20
Dentro del Laberinto (Jim Henson, 1986)
Clásico musical preñado de muñecos de la factoría Jim Henson, el simbólico laberinto del título no es más que la encrucijada mental y emocional de su protagonista adolescente, una Jennifer Connelly de una belleza capaz de turbar al mismísimo David Bowie. Aunque su potencial dramático se atempera por su vocación infantil, este laberinto, con sus espejismos entre realidad y fantasía, es otro de esos filmes que resumen el atractivo de su década. Y esas canciones...
7 / 20
Cobra. El brazo fuerte de la ley (1986, George Pan Cosmatos)
En cierto modo, Cobra es un filme de tesis. Su tesis es "los criminales son una plaga, Cobra es la cura", y en ese sentido, lo demuestra todo bastante bien. Basada en una novela de Paula Gosling, que años después gozaría de otra adaptación protagonizada por Cindy Crawford, Caza Legal, la película es una de las principales aportaciones al cine de la era Reagan. Una época donde, al menos en el cine, todo podía ser claro u oscuro, y en la que ser chulo e imperturbable era lo más.
8 / 20
Top Gun. Ídolos del aire. (Tony Scott, 1986)
El segundo largometraje del difunto Tony Scott, conocido por El Ansia y su trabajo publicitario, es todo un manual para alistarse a la Armada. También una lección de cine comercial ochentero, con sus canciones, eternas puestas de sol y el carisma chulesco de sus estrellas. Top Gun es lo que es, pero nada de ello la impide ser -como su protagonista, Maverick- la mejor en lo suyo.
9 / 20
Nueve semanas y media (Adrian Lyne, 1986)
Videoclipera y efectista, lo cierto es que si los policías de la igualdad de género vieran ahora Nueve Semanas y Media intentarían la película levantaría más ampollas (y no sean malpensados) que entonces. Lo cierto es que el filme da para lo que da: su visión del sexo y los diálogos de ridículo ya ponen el asunto en su lugar. Donde sí acertó Adrian Lyne fue a la hora de componer ciertas imágenes e incluir el "You can leave your hat on" de Joe Cocker, que sin duda la hicieron volar alto.
10 / 20
Terciopelo azul (David Lynch, 1986)
Tras cartas de presentación como Cabeza Borradora y El Hombre Elefante, faltaba una consagración tan poderosa como Terciopelo azul. Todavía faltaban unos años para Twin Peaks, pero todos los recodos de la oscura y loca fantasía lynchiana estaban ya aquí.
11 / 20
La Misión (Roland Joffe, 1986)
Si tienen la impresión de que Hollywood no produce tantas superproducciones "serias" como La Misión... es porque es verdad. No obstante, lo que ha pervivido de la cinta -además de De Niro e Irons, y por supuesto sus imágenes- es la música de Morricone, sin duda lo mejor de la función.
12 / 20
Golpe en la pequeña China (John Carpenter, 1986)
Golpe en la pequeña China confirmó la mala suerte en la taquilla del genial director de La Cosa y 1997: Rescate en NY. El filme fue un fracaso en su época, quizá por su anarquía y su loca mezcla de géneros, y sólo empezó a gozar de la categoría de título de culto a raíz del VHS y sus pases televisivos. Vista hoy es una perfecta y moderna película de aventuras clásicas: una aleación extraña y sin prejuicios de aventura, acción, terror, samuráis, y trucos chinos... con un Kurt Russell haciendo de héroe socarrón e inutil como solo él sabe, y Kim Cattrall, siempre una belleza alucinante.
13 / 20
El sargento de hierro (Clint Eastwood, 1986)
“Puedes pegarme. Puedes tirarme al suelo, incluso escupirme y mearme. Pero, por favor, no me aburras.” El sargento de hierro es una película igual que su protagonista: divertida, pero áspera. Famosa por su colección de burradas verbales e insultos, el tiempo la ha convertido en uno de los títulos más amenos de su director y protagonista. Pero debajo de toda la diversión incorrecta hay una triste, sentida y amarga oda a un héroe americano destinado a pasar de moda.
14 / 20
Hannah y sus hermanas (Woody Allen, 1986)
Los detractores del último cine de Woody Allen suelen citar por sistema filmes como el presente, premiado con tres Oscar: a Michael Caine, Dianne Wiest y el guión del propio Allen. Comedia y drama muy bien afinadas en una película de herencia Bergmaniana, como tantas otras de Allen en ese período, y que organiza sus múltiples arcos argumentales en torno a tres hermanas (y sus parejas y exparejas) muy diferentes entre sí. Muchas versiones de la crisis de la mediana edad y el absurdo de la vida.
15 / 20
El nombre de la rosa (Jean Jacques Annaud, 1986)
Las brillantes interpretaciones (sobre todo, de un Sean Connery justificando su categoría de icono multigeneracional) y superior ambientación medieval justifican toda la intriga pergeñada por Umberto Eco, una enorme producción europea que nos deja muchas imágenes perdurables. Y que, por cierto, no gustó mucho a la crítica en su momento.
16 / 20
Viernes 13 VIII Parte (Tom McLoughin, 1986)
Vamos a ver: es obvio que la sexta parte del matarife Jason Vorhees no es un clásico del cine. Pero veníamos de la quinta, donde el mítico personaje ni siquiera aparecía, de modo que el tono abiertamente cómico y fantástico (es la primera vez que el matarife se presenta como zombie) que Tom McLoughin dio al conjunto, justifica el pequeño culto fan de Jason Vive. Además, los 80 no serían los 80 sin un buen "slasher".
17 / 20
Henry, retrato de un asesino (1986, John McNaughton)
Henry fue exactamente lo contrario al terror de la época. Realizada con un presupuesto irrisorio y filmada en 16mm, McNaughton presenta la vida y obra de su psicópata sin aditamentos de ningún tipo, logrando un filme totalmente amoral y de una crudeza sin igual. Tan dificil de digerir es que no se estrenó hasta 1990...
18 / 20
Howard, el Pato (Willard Huyck, 1986)
El gran fracaso de 1986 fue Howard el Pato, superproducción del entonces todopoderoso George Lucas (36 millones de dólares de la época) que es, además, la primera gran producción basada en un personaje de Marvel. Vilipendiada hasta la última pluma, lo cierto es que el filme resulta simpático. Su despliegue de FX ópticos y su extravagancia (por no hablar de la presencia de Jeffrey Jones y Lea Thompson) la han convertido en filme de culto.
19 / 20
La chica de rosa (Howard Deutch, 1986)
Apenas dos películas, Dieciséis velas y ésta, y el cine de instituto del prematuramente desaparecido John Hughes (así como el estrellato de Molly Ringwald, su actriz fetiche por un breve periodo) quedó configurado. Su habilidad para los diálogos, facilidad para conectar de manera legítima con su público y, desde luego, su gusto musical, convierten La chica de rosa en algo más que un éxito rápido.
20 / 20
Cortocircuito (John Badham, 1986)
El cine de la factoría Amblin tuvo derivados tan amables y bonitos como Cortocircuito, la historia de un robot concebido para la guerra que, sin embargo, prefirió disfrutar de la vida. Dirigida por un eficacísimo artesano como John Badham y con una pareja tan ochentera como Ally Sheedy y Steve Guttenberg, Cortocircuito no es una obra maestra, pero sí uno de esos filmes que despiertan una nostalgia justificada por el cine familiar de esa época.
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