Anya Taylor-Joy, la extraña belleza que conquista Hollywood
Sus expresivos ojos y su particular belleza la han convertido en una de las actrices con más personalidad del cine actual. Su magnífico papel en La bruja le convirtió en una actriz fetiche del género y esta semana presenta Glass, donde repite el papel que interpretó en Múltiple.
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El cineasta Robert Eggers la descubrió trabajando como modelo en Reino Unido, ofreciéndole su primer papel protagonista en la terrorífica La Bruja. Desde entonces, la carrera de Anya Taylor-Joy ha ido en ascenso convirtiéndola en una de las actrices de Hollywood con mayor proyección del cine actual.
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Tiene 21 y años está llamada a ser una de las actrices que más vamos a ver en la cartelera de los cines en los próximos años. Es la más joven de seis hermanos y tuvo un infancia poco convencional.
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Anya Tailor-Toy nació en Miami pero pasó sus primeros años de vida en Argentina. Tras el corralito argentino, sus padre, un banquero retirado mitad escocés mitad argentino y su madre, una fotógrafa y diseñadora de interiores mitad española mitad británica, decidieron mudarse a Londres.
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Comenzó probando suerte en la moda aprovechando su particular, misteriosa y rara belleza. Aunque sus grandes ojos le costaron algunas burlas en el colegio ahora se han convertido en el sello de identidad de su rostro. En la imagen la vemos en uno de sus primeros trabajos como actriz en un videoclip de Skrillex “Red Lips”.
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Antes de triunfar con La bruja se presentó al casting de Maléfica para interpretar a la versión adolescente del personaje de Angelina Jolie, pero Elle Fanning terminó llevándose el gato al agua. Tras La bruja, trabajó en la película Barry un biopic sobre el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.
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Aprendió inglés leyendo novelas de Harry Potter y con tan solo 16 años ya supo que quería dedicarse a la interpretación.
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Consiguió uno de los papeles protagonistas de The Witch, una perturbadora película de terror que le lanzó al estrellato y le convirtió en la nueva actriz fetiche del género de terror.
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Tras La Bruja no tardó en recibir nuevos papeles en el género. Su siguente trabajo fue en el el thriller psicológico Múltiple, donde daba vida a una de las rehenes de un hombre con un trastorno de personalidad múltiple que interpretaba el actor James McAvoy.Un papel que repite en Glass, la esperada continuación de la trilogía.
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También trabajó en la española El secreto de Marrowbone, ópera prima del cineasta Sergio G. Sánchez en la que cuatro hermanos, temiendo que les separen tras la muerte de su madre, se esconden del mundo en su abandonada granja, un lugar cuyas viejas paredes esconden un terrible secreto.
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Durante los últimos años su agenda está repleta de compromisos profesionales que le llevarán a protagonizar el spin-off de X-Men, y el esperado remake de Nosferatu. En la imagen la vemos en la película Pura Sangre junto a Olivia Cooke.
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También trabajó en la miniserie La casa de las miniaturas, dirigida por el español Guillem Morales en la que interpreta a una mujer se muda a vivir con su nuevo marido a Ámsterdam, y pronto descubrirá que no todo es lo que parece. Se trata de un telefilm británico emitido en tres partes y autoconclusivo basado en la novela de Jessie Burton.
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A raíz de su éxito en La Bruja, Anya intervino en el thriller sobre inteligencia artificial Morgan en el año 2016 en la que una compañía tecnológica crea una inteligencia artificial, sin ser conscientes de su verdadero potencial. Ahí comparte protagonismo con Kate Mara y Toby Jones.
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Además de triufar en el cine, también ha desempeñado algunos papeles en televisión apareciendo en series como Endeavor o Atlantis. En esta última producción interpretó el personaje de Cassandra. Se convirtió en Mani en el telefilm de fantasía de aventuras vikingas Viking Quest en el año 2015.
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