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La Toscana en invierno: una pequeña ruta con mucha gastronomía, paisajes increíbles y palacios

Viajar a la Toscana no tiene que estar obligatoriamente ligado al verano. Durante el otoño y el invierno la provincia de Lucca, en la región más famosa de Italia, ofrece opciones y propuestas de lo más variado. Con tres o cuatro días podemos descubrir algunos de los pueblos más curiosos y vistosos de la zona, degustar la maravillosa gastronomía local o visitar alguna de sus villas medievales, entre la que destaca Torrigiani. 

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Villa Torrigiani destaca por su suntuosa fachada exterior, construida con diferentes materiales como piedra gris y toba alternando pilares y arcos amarillos, a lo que hay que añadir estatuas de mármol de color blanco.

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Villa Torrigiani se encuentra en la pedanía de Camigliano, una ciudad en Capannori, Lucca. La primera mención registrada de la villa proviene de 1593, con datos de que perteneció a la familia Buonvisi. Recorrer sus jardines con la tranquilidad que merecen es muy recomendable.

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La Provincia de Lucca deriva del antiguo departamento homónimo que pertenecía al Gran Ducado de Toscana y que fue creado en el año 1849 cuando se anexionó Lucca a la Toscana, aunque en esa época tenía algunas diferencias territoriales con la provincia actual.

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La parte trasera del palacio de Villa Torrigiani mantiene la esencia misma de su construcción inicial y es un rincón perfecto para tomarse un descanso y escuchar el sonido de la naturaleza.

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La fachada posterior, a diferencia de la parte delantera, es de estilo Renacentista tardío y se caracteriza por un gran pórtico de estilo Toscano.

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Esta es una villa de lujo, que data de la segunda mitad del siglo XVI, con un extenso jardín exterior en una finca de tamaño alargado, quedando el palacio en mitad del terreno. Algo que ocurre con frecuencia en las villas de este estilo en la Toscana y alrededores de la ciudad de Lucca.

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Aún habitada por los descendientes de marqués Santini, es su actual propietaria, María Victoria Collona, la encargada de mostrar su palacete en una visita privada muy especial.

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Entre sus edificios, mezclados con infinidad de plantas y árboles, se descubren algunas estatuas y figuras alegóricas desgastadas con el paso del tiempo y el efecto de la humedad.

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La fachada posterior, a diferencia de la parte delantera, es de estilo Renacentista tardío y se caracteriza por un gran pórtico de estilo Toscano.

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Durante el otoño y el invierno el gran patrimonio natural de árboles y plantas de esta Villa muestra unos colores propios de esta época del año, añadiendo un valor pictórico al lugar muy interesante. 

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Al final el camino, cerca de una puerta majestuosa de entrada en la finca de Villa Torrigiani, hay un pequeño conjunto de casas, antes destinado a los criados.

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Los colores típicos del verano sobre la zona de la Toscana cambian para dar paso al verdor apagado con una luz especial durante el otoño y el invierno.

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Tras conocer los sabores típicos de los productos más elementales de la Toscana, un pequeño paseo hacia lo alto de la colina muestra una pequeña extensión de viñedos. 

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En la misma propiedad se encuentra un pequeño bosque, surcado por estrechos senderos, es el lugar perfecto para pasarse varias horas leyendo un buen libro sin miedo a ser molestado.

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Tras conocer los sabores típicos de los productos más elementales de la Toscana, un pequeño paseo hacia lo alto de la colina muestra una pequeña extensión de viñedos y varias casas mezcladas entre el verdor, donde por estas fechas invernales ha encontrado su cobijo perfecto el artista belga Peter de Rock necesitado de concentración y tranquilidad.

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Un momento perfecto del invierno Toscano. Durante unos minutos, las nubes dejan paso a los rayos del sol que bañan el verde valle. Con una buena panorámica es posible obtener un recuerdo fotográfico irrepetible y memorable.

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En lo alto de una colina, con unas impresionantes vistas al valle en mitad de la Toscana se encuentra Ai Carli Valgiano, una especie de posada antigua pero regentada por una familia de emprendedores que ofrece su casa para los visitantes y viajeros.

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En el interior de Agriturismo Ai Carli Valgiano es imprescindible probar alguno de los manjares naturales que se elaboran en su cocina.

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Montecarlo es una pequeño pueblecito medieval de la provincia de Lucca, en el interior de la región de Toscana.

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A pocos kilómetros de la capital de la provincia de Lucca también encontramos la Società Agricola Wandanna Montecarlo, muy cerca del pueblo del mismo nombre. En ella sus productores locales recogen la mejor materia prima de esta tierra para transformarlo en vinos de la más alta calidad.

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Una de las pequeñas empresas productoras locales, en este caso queso de la zona con una apariencia más que apetecible. Decenas de estos pequeños productores muestran sus mejores manjares en la feria gastronómica Il Desco, durante varios días a finales de noviembre y principios de diciembre. Una cita imprescindible para los amantes de la buena comida toscana. 

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El panettone, dulce típico italiano, pasa a un nivel superior en esta parte del mundo, con decenas de variedades a cada cual más rica.

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