El Castillo de Praga, el emblema de la capital de la República Checa
En el año en que se celebra el centenario de la creación de Checoslovaquia proponemos un paseo por el corazón de Praga. El llamado Castillo de Praga, fue construido en el siglo IX, fue la residencia de los reyes de Bohemia, emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, presidentes de Checoslovaquia y presidentes de la República Checa. Dominado por la monumental catedral gótica de San Vito en su parte más alta y en él se encuentra el estrecho y misterioso Callejón del Oro. Tiene una longitud de 570 metros y 130 de anchura media y por esto esta zona es considerada el castillo más grande del mundo. Les proponemos un viaje al interior de este barrio tan conocido y pintoresco de Praga.
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El escudo de la República Checa bordado en el uniforme de uno de los soldados que vigilan la entrada al Castillo de Praga.
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La basílica de San Jorge, en el interior del Castillo de Praga. su fachada románica fue reemplazada por otra barroca.
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La puerta de entrada principal. El cambio de guardia del Castillo de Praga tiene lugar cada hora, a las horas en punto. Una formalidad muy buscada por los turistas ávidos de fotografías y vídeos.
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El famoso Callejón del Oro se ubica entre la Torre Blanca y la Torre Dalibor. Es la calle más famosa del castillo y por supuesto de Praga. En ella, en los siglos XVI y XVII era muy frecuentada por alquimistas. Como curiosidad, estos edificios fueron en su origen viviendas para los 24 guardias del castillo durante el reinado de Rodolfo II, en el siglo XVI.
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El Callejón del Oro a finales del siglo XIX se puso de moda entre los artistas. En el número 22 vivió una de las personalidades de la ciudad, Franz Kafka.
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Uno de los grandes templos góticos de Europa, la catedral de San Vito este edificio domina el horizonte de la ciudad y se levanta sobre la parte más elevada del Castillo de Praga.
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El interior de la Catedral de San Vito, en el Castillo de Praga. Sus imponentes vidrieras adornan tanto por fuera, como por dentro el templo y son un reclamo más para visitarlo.
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Un turista fotografía la fachada principal de la Catedral de San Vito, edificio que destaca en el Castillo de Praga.
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Las vistas de la ciudad desde la zona del Castillo de Praga son impresionantes. En alguno de sus balcones y miradores es posible ver a varios kilómetros y con mucha claridad el Puente Carlos, símbolo de la ciudad.
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La pinacoteca del castillo, instalada en los antiguos establos, contiene obras de artistas checos así como Tiziano o Rubens, entre otros.
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El interior de una plaza dentro del Castillo de Praga, cerca de la Catedral y frente a la basílica de San Jorge.
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La decoración de una de las puertas que dan acceso a los edificios abiertos al público dentro del Castillo de Praga.
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Detalle de una de las esquinas y las placas de una calle dentro del Castillo de Praga, una pequeña ciudad dentro de Praga.
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Varios turistas disfrutan de las vistas desde otra de las terrazas y miradores que se ubican en la zona.
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A pocas calles del Castillo de Praga se abre el barrio de Mala Strana. Esta zona en torno al castillo fue habitada por empleados del mismo aunque también está repleta de palacios y jardines.
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Nada más bajar de la zona elevada del Castillo de Praga se abre el barrio de Mala Strana, otro de los puntos a visitar de Praga.
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Una mujer camina por una de las calles colindantes a la zona del Castillo de Praga. La arquitectura señorial y palaciega de esta zona es muy visible.
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Una vista general del llamado Castillo de Praga. Construido en el siglo IX, fue la residencia de los reyes de Bohemia, emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, presidentes de Checoslovaquia y presidentes de la República Checa.
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