"Extrema derecha", "derecha extrema", o "una derecha cada vez más extrema". En todas las variantes retóricas posibles, se ha convertido en la consigna del Gobierno para descalificar a los que le critican, y, en particular, al PP. La veda la abrió el presidente en la
conferencia política del PSOE, el pasado 1 de octubre. Desde entonces, el Gobierno ha modulado la incriminación del PP, en función del interés que tuviera Rodríguez Zapatero en repeler las críticas o
fotografiarse junto a Rajoy. Tras el 30-D, se ha redoblado la campaña para excluir a la Oposición, y con ella, el asesinato de imagen del PP. La vicepresidenta ha repetido este sábado que "estamos ante una derecha cada vez más extrema" a la que "le falta educación democrática". Es su respuesta a las críticas al nombramiento del
nuevo ministro de Justicia, significado por su sectarismo y cuestionado desde la propia Carrera Fiscal a la que pertenece.