L D (EFE)
Una unidad especial adscrita a la Dirección General de Investigación Criminal (DGIC) llevará el peso de las averiguaciones, informó el ministro de Seguridad, Oscar Álvarez, al inaugurar la nueva dependencia. El ministro anunció que una comisión de representantes de instituciones estatales y privadas de derechos humanos y defensa de la niñez supervisará el trabajo policial.
Álvarez reconoció que “es necesario esclarecer de una vez por todas quiénes están causando la muerte de esos jóvenes”, pero advirtió de que hay que “hacerlo de una manera científica, no basados sólo en denuncias o rumores”. La organización humanitaria Casa Alianza y otras defensoras de los derechos infantiles entregaron la semana pasada a la relatora sobre la niñez de la Organización de Estados Americanos (OEA), Susana Villarán, un informe que recopila información sobre 1.293 jóvenes asesinados en Honduras desde 1998.
Los autores de la mayoría de las muertes son personas o grupos desconocidos, según esos organismos y la prensa local. La policía, señalada también como supuesta autora de algunas muertes, aduce que la mayor parte de los casos son producto de enfrentamientos entre pandillas juveniles o “maras”. El director de Casa Alianza en Honduras, José Manuel Capellín, calificó de “muy importante” la apertura de la unidad de investigación, que supone “el reconocimiento de que existe el problema y de que el Gobierno está tratando de dar una respuesta”.
Álvarez reconoció que “es necesario esclarecer de una vez por todas quiénes están causando la muerte de esos jóvenes”, pero advirtió de que hay que “hacerlo de una manera científica, no basados sólo en denuncias o rumores”. La organización humanitaria Casa Alianza y otras defensoras de los derechos infantiles entregaron la semana pasada a la relatora sobre la niñez de la Organización de Estados Americanos (OEA), Susana Villarán, un informe que recopila información sobre 1.293 jóvenes asesinados en Honduras desde 1998.
Los autores de la mayoría de las muertes son personas o grupos desconocidos, según esos organismos y la prensa local. La policía, señalada también como supuesta autora de algunas muertes, aduce que la mayor parte de los casos son producto de enfrentamientos entre pandillas juveniles o “maras”. El director de Casa Alianza en Honduras, José Manuel Capellín, calificó de “muy importante” la apertura de la unidad de investigación, que supone “el reconocimiento de que existe el problema y de que el Gobierno está tratando de dar una respuesta”.
