En el día después de la victoria de Obama, PP y PSOE han coincidido en ensalzar la victoria demócrata. La reacción del PSOE ha sido la previsible: pese a las muchas diferencias que separan a las políticas de Obama de las de su partido, Alfredo Pérez Rubalcaba no ha dudado en identificarlo con el socialismo.
Además de decir que el resultado es "una buenísima noticia" para España, Rubalcaba ha añadido que está satisfecho "como socialista, como europeo y como español" por el resultado, ya que, a su juicio, la victoria de Obama es "una buena cosa para el socialismo y para la socialdemocracia".
Lo que ya no era tan evidente era la reacción desde el Gobierno y el PP. Aunque ya en círculos gubernamentales se admitían sus preferencias por Obama, el Ejecutivo no ha dudado en hacerlo público un día después de los comicios. Según ha declarado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, "ha ganado el nuestro". La relación con Obama y Hillary Clinton, ha añadido, es "entrañable y estrechísima".
Desde el partido, Esteban González Pons también ha expresado sus preferencias: en su opinión, en las elecciones se enfrentaban dos modelos de país, y con la victoria de Barack Obama ha vencido el que más se parece al de los europeos.
