La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Samantha Power, ha pedido a las autoridades cubanas que emprendan una "investigación creíble" para esclarecer las causas del accidente en el que perdieron la vida los opositores Oswaldo Payá y Harold Cepero.
Así se lo transmitió Power al canciller cubano, Bruno Rodríguez, en el almuerzo que ofreció el martes la presidenta argentina, Cristina Fernández, a las delegaciones que participaron en el debate del Consejo de Seguridad, según detallaron este miércoles a Efe fuentes diplomáticas.
Power, recién nombrada para el puesto, recordaba en su Twitter al cubano: "Oswaldo Payá luchó por la libertad. Acabo de transmitir al ministro de Exteriores cubano la necesidad de una investigación creíble sobre su muerte".
Las declaraciones de la representante de Estados Unidos ante la ONU se producen apenas unos días después de que el único condenado por el accidente en el que perdieron la vida Payá y Cepero, el español Ángel Carromero, acusase a los servicios secretos cubanos de asesinar a ambos opositores.
No es la primera vez que EEUU aboga por una investigación. En marzo un grupo de ocho senadores de Estados Unidos pidió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que investigase la muerte de Payá. Los ocho senadores pidieron la investigación porque, a su juicio, "Payá y su legado" lo merecían.
La familia de Payá
La familia Payá mantiene la tesis de que el siniestro fue provocado por agentes del Gobierno cubano, que embistieron con otro automóvil el vehículo en el que viajaban los opositores por el este de la isla.
Ofelia Acevedo, la viuda de Payá, aseguró esta semana a Efe que España tiene "pruebas suficientes" de que la muerte de su marido "no fue un accidente casual" y que estaba vivo cuando fue sacado del coche siniestrado.
Payá fue el fundador el MLC en 1988 y promotor del denominado "Proyecto Varela", una iniciativa que presentó al Parlamento cubano en 2002 tras recoger 11.020 firmas en apoyo de un referendo para introducir reformas a la Constitución.
Se convirtió en uno de los líderes de la disidencia interna más reconocidos fuera de Cuba y el primero a quien el Parlamento Europeo otorgó el Premio Sájarov a los Derechos Humanos y la Libertad de Pensamiento en 2002.