El secretario de Seguridad Interior del Gobierno estadounidense, John Kelly, ha informado de que los agentes de inmigración han detenido recientemente a más de 680 inmigrantes en distintas operaciones en todo el país.
El 75 por ciento de los detenidos tenían antecedentes y condenas en firme por delitos, ha explicado Kelly en un comunicado de prensa publicado este lunes.
Kelly ha explicado que los delitos cometidos por los inmigrantes indocumentados van desde el homicidio a la conducción bajo los efectos del alcohol.
Trump insiste
El presidente estadounidense, Donald Trump, aseguró este lunes en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, que sus órdenes migratorias tienen como objetivo "echar a los muy, muy malos".
Trump defendió el aumento de las redadas de detención de indocumentados en el país, y aseguró que es una promesa electoral para "capturar a los criminales, a los malos criminales, con historial de abusos y problemas, y echarlos".
El presidente justificó su intento de suspender todo el programa de acogida de refugiados por la necesidad de "no dejar que entren los malos".
Mientras tanto el Departamento de Justicia del Gobierno estadounidense ha pedido al juez federal de Seattle James L. Robart que paralice todas las acciones relativas a la orden ejecutiva contra la inmigración del presidente Trump hasta que un tribunal de apelaciones decida sobre la suspensión de la orden ejecutiva dictada por el propio Robart.
La suspensión del decreto de Trump es el resultado de un documento presentado por la Fiscalía del estado de Washington porque considera inconstitucional la orden ejecutiva, que prohíbe la entrada en Estados Unidos de los ciudadanos de países de mayoría musulmana.
Este mismo lunes, el fiscal general del estado de Washington, Bob Ferguson, ha presentado una petición para que comiencen de inmediato las diligencias indagatorias sobre el caso.