El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha recibido en la Casa Blanca a su "amigo" Benjamín Netanyahu y se ha mostrado partidario de "una solución de uno o dos Estados", la que prefieran israelíes y palestinos, lo que supone un cambio respecto a la política hacia Oriente Medio que ha mantenido EEUU durante al menos los últimos 20 años.
"Estoy mirando a una solución de dos Estados y de un Estado, me gustará la que le guste a las dos partes. Puedo vivir con cualquiera de las dos" salidas, ha dicho Trump durante una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro israelí, antes de reunirse con él en la Casa Blanca.
También ha dicho que alentará a Israel y los palestinos a negociar directamente para lograr "un gran acuerdo de paz", al insistir en que para conseguirlo las dos partes "tienen que hacer compromisos". Trump afirmó que conseguir la paz en Oriente Medio es algo "muy importante" para él. Por eso ha reclamado a los israelíes "algo de flexibilidad" para avanzar hacia la paz, mientras que a los palestinos les ha instado a reconocer el Estado de Israel y "deshacerse de parte de su odio". "Comienza a una edad muy temprana, en la escuela", ha lamentado.
Netanyahu, por su parte, ha explicado que no pide nada que no hubiese planteado ya hace años, como son garantías de seguridad y el reconocimiento del Estado hebreo. Los palestinos, ha añadido, deben dejar de "buscar la destrucción" de Israel, "fuente del conflicto" en su opinión.
"Si trabajamos juntos, tenemos una oportunidad", ha dicho Netanyahu a Trump, que no ha dudado en mostrarse "optimista" en relación a un diálogo que permanece estancado desde mediados de 2014. Ambos han sugerido un enfoque regional para aumentar precisamente las opciones de paz.
Delante del primer ministro israelí pidió que Israel debe "contenerse" en la expansión de asentamientos en territorios palestinos. "Me gustaría que se contuvieran con los asentamientos un poco", recomendó Trump a Netanyahu, al tiempo que aseguró que está abierto a negociar ese asunto, que ha sido durante años uno de los mayores obstáculos a la paz entre palestinos e israelíes.
El presidente estadounidense insistió en que le "encantaría" que se trasladase la embajada de EEUU en Israel a Jerusalén, aunque señaló que está tratando el tema "con sumo cuidado". "Me encantaría ver que eso sucediese", apostilló Trump.
Punto de inflexión
"Israel no tiene mejor aliado que Estados Unidos y os aseguro que Estados Unidos no tiene mejor aliado que Israel", ha subrayado Netanyahu, que no duda en que los lazos con Trump en la Casa Blanca serán "todavía más fuertes". No en vano, las relaciones entre Israel y Estados Unidos se vieron afectadas por algunas medidas políticas emprendidas por la Administración de Barack Obama. La negociación del acuerdo con Irán y la condena en la ONU de los asentamientos israelíes colmaron la paciencia de Netanyahu.
Trump ha marcado distancias con Obama lamentando que Israel fuese tratado "muy injustamente" en la ONU y criticando el pacto nuclear con Irán –"uno de los peores acuerdos que he visto", según sus palabras–. El presidente de Estados Unidos ha prometido a su amibo Bibi medidas "para impedir que Irán nunca desarrolle un arma nuclear" y proteger a Israel.
Netanyahu ha agradecido a Trump las recientes sanciones adoptadas contra la República Islámica y ha destacado que, con su sola llegada a la Casa Blanca, la situación ha mejorado. El primer ministro israelí ha insistido en que la amenaza persiste, como lo demostrarían las inscripciones de "Israel debe ser destruido" inscritas en los misiles iraníes.
Los dos líderes también han incluido dentro de sus objetivos compartidos la lucha contra el terrorismo. "Bajo tu liderazgo, creo que podemos revertir la tendencia al alza del islam radical", ha afirmado Netanyahu.