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70 años de Roswell, un cóctel de OVNIS y Guerra Fría

Se cumplen 70 años de los sucesos acontecidos en Roswell, el hallazgo de los supuestos de un OVNI que creó la ufología moderna.  

Se cumplen 70 años de los sucesos acontecidos en Roswell, el hallazgo de los supuestos de un OVNI que creó la ufología moderna.  
El célebre vídeo (falso) de la autopsia Alien | Archivo

8 de julio de 1947. Poco imaginaba el granjero William Brazel que los restos hallados en su propiedad de Roswell (Nuevo México) hace ahora exactamente 70 años iban a traer semejante cola. ¿Piezas de un platillo volante o de un sofisticado globo metereorológico diseñado para espiar a la URSS? Todo lo sucedido entre los dos titulares de periódico del día de la aparición ("Las fuerzas aéreas capturan un platillo volante") y del siguiente, el 9 de julio ("El general Ramey desmiente el avistamiento") sigue siendo un enigma.

Santiago Camacho, periodista especializado en teorías conspirativas y actual miembro del equipo de Cuarto Milenio, lo explica a Libertad Digital. "Lo único claro es que en Roswell esa noche sucedió algo". "La ufología es un campo nebuloso con pocas certezas", explica refiriéndose a una disciplina que comenzó con este suceso seminal de Roswell, siempre bajo sospecha de fraude pero, al final, repleta de hechos genuinamente inexplicables. "El gran handicap de toda la ufología es que el peso mayor de la prueba ocurre en algo tan nebuloso como son los testimonios, y las interpretaciones no es que no sean fiables, pero muchas veces los sentidos te engañan. Es la maldición del día siguiente: llegamos después de que suceda todo".

¿Qué pudo pasar entre esas dos notas de prensa? ¿Cuál es el enigma de Roswell? Podría decirse que todas las hipótesis son igual de apasionantes. "Es la propia base de Roswell la que informa que se han recuperado restos de un platillo volante. Y luego después, dicen que no", explica Camacho. Todo razonable, si no fuera porque el propio Gobierno, mediante sucesivas versiones oficiales, no ha hecho sino alimentar la desconfianza. "Con el paso de los años se hizo una desclasificación y resultó ser un globo experimental del Proyecto Mogul. Básicamente un experimento para intentar detectar pruebas nucleares de los soviéticos analizando la estratosfera a gran altura. Aquello no encajaba para nada ni con lo que habían visto los testigos, ni siquiera con los restos raros que se mostraban en la conferencia de prensa que se montó unos días más tarde.

Otra década después, otra explicación oficial, ya que el proyecto Mogul no explicaba lo de los humanoides que vieron los testigos. Esas mismas figuras que luego recuperaría para la memoria colectiva el célebre vídeo falso de la autopsia extraterrestre y que han dado lugar a otro buen número de teorías. Como que "por el alto secreto de las pruebas no pudieron decir que no eran extraterrestres en lugar de muñecos", dice Camacho. Pero todavía hay más: "Lo de que fueran prisioneros japoneses, chimpancés o niños de orfanato es una hipótesis, y todas son fascinantes".

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Los restos de Roswell | Cordon Press

Detrás de todo, en pleno comienzo de la Guerra Fría, la impresión de que efectivamente allí se les pilló "con las manos en la masa en algo tan sumamente sucio que lo primero que se les ocurrió fue decir que eran marcianos". Pero también un dilema puramente tecnológico para la defensa estadounidense: cómo poner una bomba atómica en Moscú en caso de que acucie la necesidad. "En aquella época plantar una bomba en Moscú era complicado, no existían los misiles. Había que cogerla, montarla en un bombardero y llegar hasta ahí. Y en la época eran todos de hélice, necesitaban autonomía". El problema, por tanto, se reducía a aligerar de tal manera los aparatos que pudieran volar hasta Rusia... reduciendo incluso el tamaño de la tripulación. "Se planteó entrenar a niños, enanos, monos... Puede parecer extravagante, pero la ciencia militar y la inteligencia consisten en que si puede imaginarse, se prueba, y luego veremos si se puede hacer". ¿Era el globo aerostático una manera de probar la bomba atómica?

La posibilidad de una elaboración en realidad no cierra la posibilidad a un avistamiento, o como poco, abre la puerta a una serie de jugosos secretos con la etiqueta de "Información Clasificada". Por no hablar de interesantes derivadas como el célebre Área 51 (reconocida por primera vez en el gobierno de Obama, recuerda Camacho) o el comité Majestic 12, un grupo ultrasecreto de líderes científicos y militares bajo la dirección del presidente Truman. O incluso un festival de música anual, realizado en las mismas fechas del descubrimiento de los restos. También hay giros inesperados que ayudan a incrementar el suspense, como un informe desclasificado por el Departamento Servicios Históricos de la CIA a mediados de los 90 llamado "La CIA y los OVNIS". "Se exponía que la doctrina de la CIA respecto a los OVNIS era que si se topaban con un caso inexplicable lo hacían explicable. Y si se topaban con algo qeu sabían lo que era: una vión espía, una misión clandestina, automáticamente llamaban al ufólogo a sueldo de turno para decir que era un platillo volante".

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El ingeniero Robert Goddard, creador el cohete líquido, y su equipo en Roswell (1932) | Cordon Press

En todo caso, cualquier eslabón de la cadena permite dos explicaciones, como la que precisamente se refiere al Área 51, que cierra la puerta a los marcianos solo para después dejarla entreabierta, casi con en el final de un capítulo de Expediente X: "Allí se encontraba la Unidad de Análisis de Material Extranjero. Cualquier aparato volador de una potencia rival que EEUU tuviera la suerte de capturar allí se desmontaba, volvía a montarse y se probaba. Pero claro, hay quien dice que esa denominación de extranjero es muy amplia y que podía y también referirse a material recuperado de, precisamente, de ese incidente de Roswell.

En todo caso, el incidente quedó tan grabado a fuego en el inconsciente colectivo que resonaría décadas después y océanos mediante. En España, por ejemplo, también hemos hecho nuestros pinitos. El incidente de Barbate, que llegó incluso al Congreso, "pero que parecía todo muy terrenal", o los misteriosos cráteres en Galicia que podían ser meteoritos. Pero nada como el de caso Manises, "por una razón sencilla: aparte de implicar un avión de pasajeros y el Ejército del Aire, existen grabaciones públicas de todo lo sucedido entre la torre de control y los aviones implicados. Es incuestionable que algo hizo aterrizar a un avión de pasajeros en Manises".

Todo está, por tanto, teñido de un cierto sentido de amenaza. ¿Qué pasaría si, finalmente, ellos vinieran? Camacho lo define simplemente como un "mazazo gordo" para la humanidad. "Cuando dos civilizaciones han entrado en contacto -explica recordando los ejemplos de los aborígenes australianos o América- siempre la civilización superior tecnológicamente superior ha hecho desaparecer, por voluntad propia o incluso accidentalmente, a la cultura menos preparada. Unas veces de forma muy violenta y otras veces simplemente por pura dinámica del devenir histórico". ¿Y por qué damos por sentado que nosotros seríamos siempre el segundo caso, el de la civilización aplastada?, preguntaría un triunfalista. Camacho contesta refiriéndose al protocolo establecido por la NASA, unos tipos muy previsores, en caso de establecer ellos contacto en primer lugar: "observar, infiltrarse si es posible, y no intervenir". ¿Se sienten ahora observados?

Pero un último recado para los conspiranoicos. Si podemos preguntarnos por los secretos del gobierno estadounidense, es precisamente por eso: porque podemos. "No porque sean malvados, sino al contrario, porque las garantías de transparencia de la democracia de EEUU permiten que existan cosas como el acta de la libertad de información". Y el avistamiento de Roswell, también.

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