La junta municipal de West Hollywood ha votado por unanimidad la eliminación de la estrella de Donald Trump del Paseo de la Fama, la famosa sección de Hollywood Boulevard donde se reconoce la labor de más de 2.500 nombres de la industria del entretenimiento, no sólo del cine sino también de la televisión, el teatro, la música y la radio. Inaugurado en 1958, es una de las principales atracciones turísticas de Los Ángeles, y cuenta desde 2007 con una estrella dedicada al actual presidente de Estados Unidos por sus éxitos en el reality televisivo El aprendiz.
Según la resolución, la causa de esta petición sería "el preocupante trato a las mujeres y otras acciones que no coinciden con los valores de la Ciudad de West Hollywood, la región, el estado y el país". Resulta cuanto menos sorprendente dado que Hollywood es un lugar donde el intercambio de favores sexuales por buenos papeles tiene hasta nombre propio, el casting couch, cuyo uso habitual no sólo denota lo frecuente que es, sino lo enormemente aceptado que está.
El alcalde de West Hollywood, John D’Amico, ha asegurado a TheWrap que esta resolución "no se debe a que Trump sea un conservador o un republicano", sino que tener una estrella es un honor y "cuando uno menosprecia y ataca a minorías, inmigrantes, discapacitados o mujeres ese honor ha dejado de existir". Sin embargo, esta razón resulta poco creíble, ya que existen famosos acusados e incluso condenados por delitos sexuales, como Bill Cosby, que siguen teniendo ahí su estrella. Se da la circunstancia de que una de las estrellas contiguas a la de Trump pertenece a Kevin Spacey, cuya carrera ha sido arruinada por diversas acusaciones de este tipo. Se da la circunstancia de que este ayuntamiento otorgó recientemente las llaves de la ciudad a Stormy Daniels, la actriz porno cuyo único mérito es haber asegurado públicamente haber tenido una relación extramatrimonial con Trump, lo cual da una pista más de las verdaderas razones de esta petición.
No obstante, esta junta municipal tiene poco que decir, dado que una decisión así tendría que venir del propio Ayuntamiento de Los Ángeles o de la Cámara de Comercio de la ciudad, que es la encargada de gestionar el Paseo de la Fama y otorgar las estrellas. Ante las peticiones de eliminar la estrella de Bill Cosby en 2015 este organismo ya aseguró que no se iba a quitar ninguna en ningún caso, y así volvió a declararlo en noviembre del año pasado ante las acusaciones contra Spacey y el director Brett Ratner.
"La Cámara de Comercio de Hollywood ha recibido varias peticiones preguntando si estamos planeando eliminar estrellas del Paseo de la Fama debido a alegaciones sobre su mala conducta. La respuesta es no", declaró entonces Leron Gubler, presidente del organismo. "El Paso de la Fama de Hollywood es un monumento histórico nacional registrado. Una vez se añade una estrella al Paseo se considera parte de la estrucutra historia del mismo. Por eso nunca hemos quitado ninguna". Tampoco hubo entonces petición ninguna de la junta municipal de West Hollywood.
Johnny Grant, que encabezó el comité encargado de conceder las estrellas entre 1968 y su muerte en 2008, dijo en su día que "las estrellas se conceden por logros profesionales en el mundo del entretenimiento y contribuciones a la comunidad. Las opiniones políticos o filosóficas de un famoso, un comportamiento irracional o declaraciones escandalosas nunca han sido causa para eliminar una estrella del Paseo de la Fama". Ni esas ni otras razones, porque salvo retiradas temporales debidas a obras en la zona, jamás se ha retirado ninguna en sus 60 años de existencia.
La estrella de Trump ha sido atacada en varias ocasiones por radicales de extrema izquierda, la última de ellas hace dos semanas por un joven de 24 años armado con un pico.