Aquel martes 11 de septiembre de 2001 cuatro aviones fueron utilizados como armas contra EEUU en el mayor ataque terrorista de su historia. Dos impactaron contra las Torres Gemelas, otro destrozó el ala oeste del Pentágono y un cuarto se estrelló en Shankville, después de que sus pasajeros se revelaran contra los terroristas y lograran estrellar el avión antes de que lo dirigieran contra otro objetivo simbólico del país.
Un día de 2001 que cambió la historia tal y como la conocíamos hasta entonces. Aquel ataque al corazón de Manhattan lo entendió George W. Bush como una declaración de guerra. Pero no sólo los Estados Unidos se vieron amenazados. El resto de países occidentales se sintieron potenciales víctimas, lo que alteró desde entonces las políticas internacionales de seguridad aérea.
Tres edificios del complejo del World Trade Center en Nueva York se derrumbaron debido a fallos estructurales tras los ataques perpetrados por los terroristas suicidas. La Torre Sur cayó a las 9:59 (hora de Nueva York), tras el impacto del vuelo 175 de United Airlines a las 9:03.
La Torre Norte cayó a las 10:28, tras más de una hora en llamas por el impacto del vuelo 11 de American Airlines a las 8:46.
Un tercer edificio, el World Trade Center 7, se derrumbó a las 17:20, como consecuencia de la incesante caída de grandes escombros de las Torres Gemelas,
Numerosos edificios adyacentes al complejo también sufrieron daños sustanciales, se incendiaron y tuvieron que ser demolidos.