Robin Folsom, una funcionaria del estado de Georgia, les contó a sus compañeros que estaba embarazada. El vientre de Folsom fue creciendo con el paso de los meses hasta que llegó el gran día. Folsom dio a luz a su hijo en mayo de 2021, cogió la baja por maternidad y, como suelen hacer las mamás, envió varias fotos de su recién nacido a los compañeros de trabajo. Todo parecía normal, hasta que los trabajadores se dieron cuenta de que los bebés de las fotografías eran diferentes. Todo resultó ser falso: el embarazo, el bebé e incluso el padre.
Folsom, de 43 años y exdirectora de asuntos externos de la Agencia de Rehabilitación Vocacional de Georgia, fingió el embarazo para disfrutar de siete meses de baja remunerada con 13.200 euros. La investigación comenzó a raíz de las fotografías de bebés con diferente tono de piel. Además un compañero relató que en una ocasión vio cómo el estómago abultado de Folsom se le separaba ligeramente del cuerpo, desvelando lo que a todas luces parecía un falso bombo.
La investigación posterior desveló que incluso el padre de la criatura y el encargado de remitir a la empresa los supuestos informes médicos para justificar la baja materna, Bran Otmembebwe, no existe.
El fraude puede salirle muy caro a Folsom. La Oficina del Fiscal General de Georgia está procesando el caso y la exfuncionaria podría enfrentarse hasta 10 años de prisión por un delito de fraude de identidad, hasta cinco años por cada cargo de hacer declaraciones falsas (tiene tres acusaciones) y una multa de hasta 9.000 euros.