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Biden llama "basura" a los republicanos y Trump se disfraza de basurero

El drama de esta semana de campaña incluye un cómico haciendo chistes sobre Puerto Rico, Joe Biden fastidiando a Harris y Donald Trump aprovechándose.

Los demócratas saltaron todos a una a denunciar el racismo de Donald Trump después de que el expresidente abriera un multitudinario mitin en el Madison Square Garden de Nueva York con la actuación de un cómico, Tony Hinchcliffe, que utilizó su tribuna para hacer chistes sobre un montón de temas, desde los inmigrantes hasta el propio Trump. Pero la polémica vino por el comentario de que "ahora mismo hay una isla flotante de basura en el océano. La llaman Puerto Rico".

Era una referencia a los problemas de gestión de residuos que lleva sufriendo la isla desde hace años. Pero no fue gracioso ni logró arrancar las risas del público, y los demócratas lo aprovecharon para atacar a Donald Trump.

Pero desgraciadamente para la campaña de Harris, su jefe, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, salió al día siguiente a comentar la jugada criticando a Trump y asegurando que "la única basura que veo flotando por ahí son sus seguidores". El insulto a la mitad del país que vota a la derecha recordó al despectivo "cesta de deplorables" que soltó Hillary Clinton en la campaña de 2016 que algunos analistas consideraron clave para su derrota.

Naturalmente, los republicanos se aferraron a las palabras de Biden, que las pocas veces que ha hablado durante esta campaña ha perjudicado más que beneficiado a Kamala Harris, para intentar darle la vuelta a la tortilla. Donald Trump ya había criticado para entonces el chiste y había renegado de Hinchcliffe; es más difícil distanciarte del actual presidente de Estados Unidos del que eres vicepresidenta.

Los intentos de control de daños se sucedieron. La Casa Blanca y numerosos medios favorables a los demócratas como el Washington Post o el New York Times intentaron argumentar que en lugar de "supporters" en realidad había dicho "supporter’s", por más que eso provocara que la frase no tuviera ningún sentido. El propio equipo de Biden intentó explicar que se refería sólo al cómico, pero era una excusa demasiado endeble.

El show de Trump

Finalmente, Donald Trump decidió hacer de las suyas, convirtiendo la polémica en un show personal. Aunque en un primer lugar optó en un mitin en Pensilvania por excusarlo por sus problemas de demencia –"Realmente no sabe lo que dijo. Es algo terrible, terrible, pero realmente no lo sabe"—, para su siguiente aparición en Wisconsin llegó conduciendo un camión de la basura y disfrazado con un chaleco reflectante naranja de operario.

"¿Les gusta mi camión de basura? Es en honor a Kamala (Harris) y Joe Biden", dijo al llegar al mitin. Sus primeras palabras en el estrado fueron "150 millones de personas no son basura", asegurando que el actual presidente "ha dicho finalmente lo que él y Kamala piensan realmente" de sus partidarios.

Trump explicó que la idea de llegar en un camión de basura y con chaleco partió de un miembro de su equipo. "Uno de los míos me dijo 'Señor, la palabra basura es lo más ahora'. ¿Le gustaría conducir un camión de basura? Y consiguieron uno. No sé cómo demonios lo hicieron tan rápido", señaló.

El candidato demócrata añadió que aceptó ponerse el chaleco porque le dijeron que le hacía parecer más delgado: "Puede que no me vuelva a poner chaqueta nunca", bromeó subrayando que se habían divertido "un poco con un tema muy serio". Unas bromas que han impedido que los medios puedan esconder debajo de la alfombra el comentario de Biden.

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