
El Tribunal del Condado de Chautauqua, en el estado de Nueva York, ha impuesto la pena máxima a Hadi Matar, el joven que asestó una docena de puñaladas al escritor Salman Rushdie durante un acto público en agosto de 2022. La sentencia, dictada este viernes, condena a Matar a 25 años de cárcel por intento de asesinato y a otros 7 años adicionales por agresión en segundo grado, esta última relacionada con las heridas infligidas al moderador del evento, Henry Reese. Además, deberá cumplir periodos de libertad vigilada tras ambas penas.
El ataque, que duró apenas 27 segundos pero dejó secuelas de por vida, fue perpetrado mientras Rushdie intervenía en una charla sobre libertad de expresión y exilio literario. Como resultado, el autor de Los versos satánicos perdió su ojo derecho y parte de la movilidad de una mano. También sufrió múltiples heridas en el cuello, el abdomen y el rostro. El agresor fue reducido en el acto por un agente de policía presente en la sala.
Testimonio desgarrador
Durante el juicio, celebrado en febrero, Rushdie, de 77 años, ofreció un testimonio estremecedor que fue clave para la condena. Describió cómo un hombre enmascarado y vestido de oscuro se le abalanzó con un cuchillo: "Gritaba de dolor al recibir las puñaladas. La primera que sentí fue la del ojo, luego vino la del cuello". Añadió que creyó morir en aquel instante. Aunque no acudió a la lectura de la sentencia, el autor presentó una declaración escrita de impacto como víctima.
Matar, de nacionalidad estadounidense y libanesa, permaneció callado durante el proceso, en el que se declaró no culpable. Su defensa intentó convencer al jurado de que el ataque no constituía un intento de asesinato porque no se empleó "una pistola o una bomba", e insinuó que el jurado tenía prejuicios contra los musulmanes o personas de origen árabe. No logró convencer al tribunal, que lo consideró culpable tras poco más de dos semanas de vistas.
Durante la vista de sentencia, Matar se levantó para hacer una declaración en la que acusó a Rushdie de hipocresía: "Salman Rushdie quiere faltarle el respeto a los demás. Quiere ser un abusador, quiere acosar a los demás. No estoy de acuerdo con eso", manifestó, esposado y vestido con el uniforme de prisión.
Por si fuera poco, Matar tiene abierta otra causa federal por presunta colaboración con la milicia chií libanesa Hizbulá, lo que añade un inquietante trasfondo ideológico al brutal ataque. La Fiscalía defendió durante el juicio que la agresión no fue un arrebato, sino un acto deliberado, premeditado y motivado por el fanatismo.
Una persecución de décadas
El atentado contra Rushdie no puede desvincularse del contexto en el que ha vivido las últimas décadas. Desde la publicación de Los versos satánicos en 1988 —una novela tildada de blasfema por sectores del islam chií—, el escritor ha sido objeto de una persecución religiosa global. El régimen iraní, entonces dirigido por el ayatolá Jomeini, emitió una fatua que llamaba a asesinarlo, lo que le obligó a vivir una década oculto en el Reino Unido. En los últimos 20 años, Rushdie había retomado una vida más normal en Nueva York, hasta el atentado de 2022.