Las protestas en Los Ángeles se han intensificado tras la decisión del Gobierno de Donald Trump de desplegar 2.000 agentes de la Guardia Nacional para contener las manifestaciones contra una nueva oleada de deportaciones masivas.
Miles de personas han salido a las calles para denunciar la detención de inmigrantes en sus lugares de trabajo, muchos de ellos sin contar con asistencia legal. Según las primeras cifras, al menos 65 trabajadores han sido detenidos en estas redadas.
El despliegue militar y la dureza de las medidas han provocado una ola de indignación que continúa creciendo, con protestas diarias en distintos puntos de la ciudad. Las autoridades estatales han expresado su desacuerdo con la actuación federal, reclamando respeto a los derechos humanos y garantías legales para los afectados.