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Aprobada la ley de presupuestos de Trump, pero ¿es "grande y hermosa"?

La ley convierte en permanentes varias rebajas fiscales y recorta partidas sociales como Medicaid.

La bautizada por Trump como Big and Beautiful Bill (la ley grande y hermosa) ha sido finalmente aprobada en la Cámara de Representantes por 218 a 214 después de ser aprobada una versión inicial por un solo voto y haber sido aprobada por el Senado por el voto de desempate del vicepresidente J.D. Vance. La reforma fiscal y presupuestaria ha sido aprobada por el método de reconciliación, que permite aprobar leyes sin necesidad de que 60 senadores aprueben que la ley pase a votarse, una restricción parlamentaria que hace imposibles muchas reformas sin que al menos parte del partido que está en minoría de su aprobación, pero que al mismo tiempo restringe lo que puede ir en la ley, que ha de tener todo que ver con los dineros.

Aumento del déficit

El principal titular, que hemos leído en todas partes y ha provocado el cisma de Trump con Elon Musk, es que va a aumentar en 3,3 billones de dólares el déficit del Gobierno federal a lo largo de la próxima década. Pero esa cifra, siendo totalmente cierta, esconde una cierta trampa: depende de lo que consideres la base sobre la que calcules el aumento del déficit. Esa cifra viene de considerar como base un escenario en que expirarían los recortes de impuestos que aprobaron los republicanos en 2017 y que expiraban a final de año. Si se considera que la base, en cambio, es aquella en la que sobreviven esas bajadas de impuestos, que hubieran sido prorrogadas en cualquier caso porque ahí sí que había consenso entre los republicanos, el déficit se estaría reduciendo en 1,4 billones durante los diez próximos años. El resultado, en todo caso, seguirá siendo deficitario, aunque menos.

Impuestos

Al margen de esa discusión, la ley tiene dos grandes apartados a considerar: impuestos y gastos. En el primero, se convierten en permanentes las rebajas fiscales de 2017 y se añaden otras rebajas, sobre todo que propinas y horas extra estarán exentas de pagar impuesto sobre la renta hasta cierta cifra de ingresos totales, lo que se ha vendido como una recompensa por trabajar más duro. También se ha multiplicado por cuatro, durante los próximos cinco años, la deducción por impuestos locales y estatales, que beneficia a quienes viven en ciudades y estados con altos impuestos, todos ellos gobernados por demócratas. Esta disposición ha habido que añadirla para lograr el apoyo de los congresistas republicanos que representan distritos en esos estados. Aunque el Senado lo ha reducido al 1%, la ley inaugura un nuevo impuesto a las remesas que los inmigrantes envían a su país.

Gasto

En el lado del gasto, los principales recortes han venido en Medicaid, el seguro público para las personas de menores ingresos y que sufren discapacidad de algún tipo. Para lograrlos, han aumentado las exigencias que se deben cumplir para optar al mismo, que esencialmente expulsan del programa a quienes puedan físicamente trabajar pero no lo hagan. También se han rebajado, pero no eliminado, todas las subvenciones aprobadas por los demócratas a coches eléctricos y energías verdes en su ley de reducción de la inflación. Los aumentos de gasto, menores en comparación, van sobre todo a aumentar el presupuesto de Defensa y a dar más recursos a Inmigración para aumentar la plantilla de la policía, construir más centros de detención y terminar de hacer el famoso muro con México que iba a pagar México y que no va a pagar México, claro.

Naturalmente, tratándose de un monstruo de 887 páginas, tiene más cosas, pero espero que me disculpen si no me las sé. Esta ley le permite a Trump firmar el 4 de julio, el 249 aniversario de la independencia norteamericana, la que seguramente sea la única gran reforma legislativa que pueda aprobar en su segundo mandato. Pero ¿es una "gran y hermosa ley"? Ahí tengo que darle la razón a Musk cuando dijo que una ley o es grande o es hermosa, pero no puede ser las dos cosas a la vez. Tiene mucho positivo y mucho negativo, y habrá que ver si realmente reduce significativamente el déficit respecto a los dos billones de dólares anuales en que lo dejó Biden, que incluso empleando el cálculo de la Casa Blanca sólo se reduciría en un 7,5%. Y es que al final, todo el mundo quiere recortar gasto en abstracto, pero cuando se llega a partidas concretas todo el mundo quiere que se recorten gastos que afecten a otros votantes, no a los suyos propios.

Licenciado en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid y periodista. Fue cofundador del sitio web Programación en castellano, pionero en España de la enseñanza en internet de lenguajes informáticos, y creador de Liberalismo.org y Red Liberal. Actualmente es subdirector del diario online Libertad Digital y vicepresidente del Instituto Juan de Mariana.

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