El viaje relámpago de Artur Mas a Bruselas pretendía sumar apoyos para su proyecto de una Cataluña independiente dentro de la UE, llevando a cabo su plan de "internacionalización". Pero nada más lejos de la realidad. Uno de los actos estrella de su agenda en la capital europea era un Foro organizado por Friends of Europe, que resultó de todo, menos amigable. Por la tarde, el presidente de la Generalidad se encontró con un ambiente mucho más hostil que en la rueda de prensa de la mañana, con periodistas y eurodiputados más críticos que le expusieron de frente sus contradicciones, gracias al formato de coloquio en el que se desarrolló el acto.
La corresponsal sueca del Svenska Dagbladet formuló la pregunta más incómoda, reprochándole que pretenda preguntar a los catalanes si quieren una Cataluña independiente "dentro" de la UE, porque es algo "deshonesto intelectualmente" dado que otros países como España vetarían su entrada en el club comunitario. "Dice que apostaría por una Cataluña dentro de Estados Unidos de Europa, pero en las calles de Barcelona se gritaba por la independencia, no por una Europa federal", le inquirió otro. "¿Qué amigos tiene usted en Europa?", insistieron.
El tercer grado fue intenso: "¿No le parece una contradicción estar dispuesto a ser solidario con Europa y dejar de serlo en España?", le plantearon. Hubo incluso preguntas más atrevidas: "Si tanto quiere cambiar España, ¿por qué no se presenta a presidente del Gobierno?".
Artur Mas mantuvo la compostura durante el interrogatorio, pero acabó cediendo en algo: reconoció que, si la UE veta el ingreso de una Cataluña independiente, se replantearía la posibilidad de la secesión aunque implique estar fuera del circuito europeo.