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Más de 200.000 fieles abarrotan la Plaza de San Pedro en el último Ángelus del Papa

Benedicto XVI rezó su último Ángelus como Papa en una abarrotada Plaza de San Pedro, donde se despidió de  200.000 fieles.

El Papa Benedicto XVI dijo hoy que el Señor le ha llamado a dedicarse todavía más a la oración y a la meditación, lo que hará "de un modo más adecuado a su edad y fuerzas", una vez que se haga efectiva su renuncia al pontificado este jueves.

Benedicto XVI rezó su último Ángelus en una abarrotada Plaza de San Pedro, en la que se congregaron unos 200.000 fieles, peregrinos y turistas, que quisieron despedirse así del pontífice alemán.

El Papa Benedicto XVI pondrá fin a su Pontificado este jueves, 28 de febrero, a las 20:00 horas, cuando concluye tradicionalmente su jornada de trabajo. En ese momento, la sede de San Pedro quedará vacante, por lo que deberá ser convocado el 'Cónclave' o reunión del Colegio Cardenalicio de la Iglesia Católica Romana para la elección de un nuevo Sumo Pontífice, decisión que tomarán un total de 117 cardenales en la Capilla Sixtina del Vaticano.

El pasado 11 de febrero, Benedicto XVI comunicó su decisión en latín ante el consistorio para la canonización de los mártires de Otranto. "Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi avanzada edad, no se adecuan por más tiempo al ejercicio de mi Ministerio. Con total libertad declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma y Sucesor de Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005", anunció en ese encuentro.

Al finalizar su declaración, el Pontífice dio "gracias de corazón por todo el amor y el trabajo" de quienes compartieron con él el peso de su ministerio y pidió "perdón" por todos sus defectos. También adelantó que, en el futuro, "quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria".

De este modo, el Pontífice se acogía al artículo 332, párrafo 2, del Código de Derecho Canónico que establece que "si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no que sea aceptada por nadie". Tras conocer la noticia, el portavoz de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, aseguró que no existía ninguna enfermedad en curso que hubiera influido en una decisión adoptado con "lucidez".

Ya en 2010, Benedicto XVI recogió en el libro Luz del mundo los motivos por los que un Pontífice podía dimitir: cuando considera que no se encuentra capaz física, mental y espiritualmente para desarrollar el encargo confiado. Afirmaba también cómo sus fuerzas iban disminuyendo y que, tal vez el trabajo que conllevaba el Pontificado, fuera "excesivo" para un hombre que, por aquel entonces, tenía 83 años. El próximo 16 de abril, Benedicto XVI cumplirá los 86 años por lo que ha permanecido casi ocho años en el cargo, al que llegó desde su puesto de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, por lo que se le conocía como el "guardián de la fe".

El cardenal Ratzinger fue elegido como sucesor de Juan Pablo II el 19 de abril de 2005 –durante el segundo día del Cónclave, tras cuatro votaciones y dos fumatas negras–, cuando, según ha declarado él posteriormente, ya "esperaba retirarse pacíficamente". Durante su primera aparición en el balcón de la Basílica de San Pedro como nuevo Pontífice, Benedicto XVI destacó la figura de su predecesor y se mostró sorprendido de que le hubieran elegido a él "un simple y humilde trabajador de la viña del Señor" como nuevo representante de Dios en la Tierra.

Sorpresa y respeto

Líderes políticos y religiosos de todo el mundo destacaron la figura del Pontífice tras conocer la noticia, calificada de "sorprendente" por los obispos españoles, que afirmaron sentirse "afectados" y "como huérfanos", al mismo tiempo que mostraban su respeto por su voluntad y agradecían su "impagable" servicio.

El anuncio de esta renuncia se produce después de un año marcado por el denominado caso 'Vatileaks', el escándalo de la filtración de documentos reservados, que ha concluido con la concesión de la gracia por parte de Benedicto XVI a su exmayordomo, Paolo Gabriele; en medio del Año de la Fe y ante un 2013 que girará en torno a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Río de Janeiro (Brasil).

Como Papa, se enfrentó los principales problemas de la Iglesia y destacan sus esfuerzos por sacar a la luz los casos de abusos sexuales dentro de la institución. También aporto 'modernidad' al inaugurar, el pasado mes de diciembre, su primera cuenta oficial en la red social Twitter, @Pontifex, con el objetivo de "dar mayor alcance al mensaje evangélico".

Además, será recordado por los 24 viajes que realizó fuera de Italia durante su Pontificado, que comenzó con su visita a Colonia (Alemania) en el año 2005, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) mientras que su estancia en Líbano, el pasado mes de septiembre, se ha convertido en el último. Brasil, Australia, Estados Unidos y México fueron los destinos de sus viajes transoceánicos que, según el hermano de Benedicto XVI, Georg Ratzinger, habían sido desaconsejados por los médicos.

En España, el país que visitó hasta en tres ocasiones –Valencia en 2006; Santiago de Compostela y Barcelona en 2010 y Madrid en 2011, por la JMJ– dejó numerosos mensajes para los católicos aunque el más recordado fue el más espontáneo: "Sois más fuertes que la lluvia", afirmó en la Vigilia de Cuatro Vientos de la JMJ, ante una fuerte lluvia y después de negarse a abandonar el aeródromo, como le sugerían sus colaboradores. Durante la JMJ, el Papa también pidió a los jóvenes que no se avergonzaran del Señor, no pasaran "de largo ante el sufrimiento humano" y defendió la "radicalidad evangélica" de la vida consagrada frente al "relativismo y la mediocridad".

Por otro lado, Benedicto XVI deja tres encíclicas –publicadas en 2006, 2007 y 2009– de las que destaca especialmente la última, publicada en 2009 bajo el título 'Caritas in Veritate', en la que aborda los temas del desarrollo de los pueblos y de las desigualdades sociales en el marco del principio de la crisis económica.

A lo largo de su vida, también ha escrito numerosos libros aunque dos de sus obras más recordadas serán la trilogía sobre Jesús de Nazaret, en la que aportó datos destacados sobre la vida de Cristo, o el texto autobiográfico 'Mi vida'. A lo largo de su trayectoria, ha compaginado la escritura con la docencia, sobre todo en el ámbito de la filosofía y la teología.

Desaparecido para el mundo

A las 17:00 horas del 28 de febrero, Benedicto XVI partirá en helicóptero hacia Castengandolfo y a las 20.00 horas se hará efectiva su renuncia al Pontificado. Por otro lado, una vez concluyan las obras de rehabilitación, se trasladará a un antiguo monasterio de clausura en el Vaticano, acompañado por su secretario personal, el padre George Gaenswein, y la familia pontificia que ha estado atendiéndole durante su Pontificado, las cuatro laicas italianas consagradas de la comunidad 'Memores Domini'. En su último encuentro con el clero romano, confesó que se retira para rezar aunque puntualizó que estará cerca de los obispos y sacerdotes "y desaparecido para el mundo".

Su marcha deja abiertas algunas incógnitas como el hecho de seguir manteniendo el nombre de Benedicto XVI, opción que no descarta el Vaticano, o qué sucederá con el anillo del Pontífice, conocido como el 'anillo del Pescador', que podría ser destruido, como ocurre cuando un Papa muere en el ejercicio de su cargo, aunque los expertos estudiarán qué hacer con él al tratarse la renuncia de una situación nueva.

En cualquier caso, esta renuncia no es un hecho insólito en la historia de la Iglesia Católica ya que es la última de una lista de al menos cinco Papas que, a lo largo de la milenaria historia de la institución, han tomado esta decisión por distintas causas. La más conocida fue la del Papa Celestino V, elegido tras dos años de deliberaciones entre los cardenales por falta de acuerdo. Abdicó del cargo de forma voluntaria por no considerarse preparado para gobernar a la Iglesia universal y tras su retirada, quiso dedicarse a la oración en su antiguo monasterio pero fue detenido y condenado a prisión donde murió tras diez meses de cautividad.

El sucesor que resulte elegido durante este mes de marzo será el 266 Papa de la Iglesia católica.

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