Está claro que el papa Francisco no deja indiferente a nadie. Este martes el diario La Repubblica recoge en sus páginas la exclusiva entrevista que tuvo el director del rotativo, Eugenio Scalfari, con el pontífice. La publicación de la entrevista coincide con la primera reunión que mantendrá el Papa con el llamado"G8 de la Iglesia" con el objetivo de reformar la Curia romana.
En la entrevista dada a Scalfari el pasado martes, el Papa atiende a diversos temas, desde la reforma de la estructura de la Iglesia hasta la responsabilidad de la Institución con aquellos que sufren más las consecuencias de la crisis.
El coloquio se caracterizó, como viene siendo normal hasta ahora, por una fuerte autocrítica por parte del pontífice que, sin pelos en la lengua, arremetió contra los defectos de la Iglesia con el ánimo de cortarlos de raíz.
En referencia a la actitud de la Iglesia en el mundo, el Papa tiene claro que la Institución no se puede quedar atrás y que tiene que estar presente en todos los debates de nuestro tiempo; en otras palabras, relanzarse mediante el espíritu renovador establecido en el Concilio de Vaticano II.
El Papa recuerda que "los males más graves que afligen al mundo en estos años son la desocupación de los jóvenes y la soledad en la que son abandonados los viejos". Además , rechazando de forma frontal la Teoría de la Liberación, el Papa añade que a pesar de la misión espiritual de la Iglesia, ésta no debe olvidar que los problemas terrenales -socioeconómicos- también atañen a la Institución, ya que los males de este mundo no sólo afectan al cuerpo, sino también al alma. "La Iglesia debe sentirse responsable tanto de las almas como de los cuerpos", sentenció.
En la entrevista, el papa Francisco hizo especial hincapié en la Curia romana. Y es que medio mundo está atento a lo que se establezca en las reuniones que comienzan este martes en el Vaticano con el objetivo de reformar la estructura de la Iglesia y, más en concreto, con su órgano de gobierno. El pontífice reconoce que desgraciadamente "los jefes de la Iglesia con frecuencia han sido narcisistas, adulados y malamente excitados por sus cortesanos. La corte es la lepra del papado". A su vez, precisa que la Curia no es una corte," pero que de vez en cuando en ésta hay cortesanos".
El Papa entiende que el órgano de gobierno de la Institución "tiene un defecto: es Vaticano-Céntrica. Ve y se ocupa de los intereses del Vaticano y olvida el mundo que le rodea. No comparto esta visión y haré de todo para cambiarlo"
Reforma estructural de la Iglesia
El Papa ha dado el pistoletazo de salida. El grupo con el que el pontífice estudiará el proyecto de reforma del órgano de gobierno de la Iglesia, la Curia romana, es el llamado "G8 de los cardenales". La creación de este "G8" fue anunciada el pasado 13 de abril, bajo el nombre de "Consejo de cardenales para ayudar al papa en el gobierno de la Iglesia Universal y estudiar un proyecto de revisión de la Constitución Apostólica Pastor Bonus sobre la Curia Romana"; más claro agua.
Este consejo asesor nace de las sugerencias y propuestas recogidas en las congregaciones de los cardenales previas al cónclave cuando muchos pidieron la reforma urgente de la Iglesia, así como otros órganos asociados como el propio Banco Vaticano. El objetivo prioritario de la reforma es hacer la Institución más transparente y colegial.
Tal y como ha matizado la oficina de prensa de la Santa Sede, el "G8 de los cardenales" no tiene carácter independiente alguno, y por lo tanto no podrá tomar ninguna decisión propia. Esta primera ronda de reuniones tendrá lugar durante estos tres primeros días de octubre, en sesiones de mañana y tarde.
'El G8 de los cardenales'
Este órgano asesor está formado por purpurados representantes de los cinco continentes. Los nombres de los elegidos son:
- Cardenal Giuseppe Bertello, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano
- Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, arzobispo emérito de Santiago de Chile
- Cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Munich
- Cardenal Laurent Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kinshasa
- Cardenal Sean Patrick O'Malle, arzobispo de Boston
- Cardenal George Pell, arzobispos de Sydney
- Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa