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El Frente Nacional de Marine Le Pen ¿"primer" partido de Francia?

La formación de extrema derecha se ha consolidado en los últimos meses como la principal fuerza de oposición al gobierno socialista.

La formación de extrema derecha se ha consolidado en los últimos meses como la principal fuerza de oposición al gobierno socialista.

Los franceses han perdido el miedo al Frente Nacional (FN), eso al menos parecen indicar los acontecimientos de las últimas semanas. Hace unos días, un sondeo publicado por le Nouvel Observateur otorgaba un 24% de intención de voto al Frente Nacional en las elecciones europeas de 2014. Esto situaba a la "derecha nacional" muy por delante de la UMP, el gran partido de centro derecha, y del gobernante Partido Socialista (PS), que quedaban estancados por debajo del 20%.

Nunca antes el Frente Nacional había obtenido el primer puesto en un sondeo. Esta circunstancia provocó acusaciones cruzadas entre socialistas y conservadores y un verdadero seísmo político en el país vecino. Mientras sus enemigos se enzarzaban en estériles disputas, Marine Le Pen, máxima dirigente del partido, reivindicaba un nuevo papel para el Frente Nacional. En sus propias palabras, el "primer partido de Francia". Unas declaraciones con las que coincide Jacques Attali, politólogo, y uno de los principales ideólogos del Partido Socialista Francés durante la presidencia de Mitterand.

Las réplicas no se hicieron esperar y el pasado domingo el Frente Nacional obtuvo una brillante victoria en el cantón provenzal de Brignoles. La importancia real de la victoria es limitada. El cantón está poblado por unas 30.000 personas y se caracteriza por un fuerte voto a partidos extremistas. De hecho, el FN desplaza a un consejero general del PCF, el decrépito partido comunista francés. La victoria de Laurent Lopez en la segunda vuelta con cerca del 54% de los votos está revestida, sin embargo, de un fuerte carácter simbólico. El Frente Nacional ha superado la barrera crítica del 50% de los votos y se ha impuesto a la alianza de todos los partidos, el llamado 'Frente Republicano'.

La renovación

Estos dos acontecimientos son los que han trascendido a nivel internacional pero hay más indicadores que apuntan a que el Frente Nacional ha dejado de ser un partido testimonial.

Según un sondeo para Valeurs Actuelles el 34% de los franceses comparte las ideas del Frente Nacional y esto incluye al 38% de los simpatizantes de la derecha y al 24% de los de extrema izquierda. La nueva fuerza de la formación es su capacidad para captar simpatizantes en todas las capas de la sociedad. Marine Le Pen ha capitalizado la división de la derecha para consolidar a su partido como principal fuerza de oposición para el 46% de los franceses según informa L'Express.

El partido de extrema derecha, fundado hace más de 40 años por el antiguo militar Jean Marie Le Pen ha alcanzado bajo la batuta de su hija Marine los mejores resultados de su ya dilatada historia. Cuando en el año 2002, Marine Le Pen, apareció por primera vez frente a varios millones de franceses para comentar el excepcional resultado electoral de su padre casi nadie le auguraba un futuro en el FN. Por aquel entonces, la joven abogada luchaba por hacerse un hueco en el partido, ante el recelo de varios de los colaboradores más cercanos de su padre como Mégret, Gollnisch o Martinez. Cuando finalmente asumió el mando en el año 2008, pocos pensaban que una "hija de" pudiera sobrevivir en un mundo tan convulso como el de la extrema derecha francesa.

El primer objetivo de Le Pen fue iniciar una estrategia de "desdiabolización". El FN debía romper con un pasado abiertamente filo-fascista y acabar con toda traza racista en su discurso. Sólo así se convertiría en un partido más cercano a las demás formaciones de derecha identitaria europeas y podría superar un techo electoral cercano al 15%. Le Pen se rodeó de jóvenes asesores con una imagen mucho más depurada, como Florian Philippot de 32 años y actual vicepresidente del partido. Este toque fresco ha hecho que muchos jóvenes se identifiquen con el "nuevo" Frente Nacional. El partido está muy presente en las redes sociales y es de hecho la formación política más popular en Facebook con más de 100.000 seguidores.

Nuevo discurso económico

El renovado discurso económico del Frente Nacional también ha calado hondo en la sociedad francesa. Le Pen se ha convertido en el altavoz principal de la lucha contra la globalización desplazando a la extrema izquierda. El Euro y la Unión Europea son también objetivos claros en el discurso populista de Le Pen. Bruselas se ha transformado en la nueva bestia negra y en la culpable de todas las dificultades de la economía francesa. El Frente Nacional se ha subido por tanto a la nueva ola de euroescepticismo que recorre la UE y propone el retorno al Franco y la recuperación de muchas competencias. Si la gasolina para los éxitos pasados de Jean Marie le Pen fue agitar la 'islamofobia', los éxitos de su hija se basan más en la crítica a la UE.

Toda la clase política francesa y numerosos politólogos denuncian, sin embargo, que este cambio es sólo de fachada. Para ellos, el Frente Nacional sigue siendo un partido de corte filo-fascista con una ideología profundamente anti democrática. En muchos aspectos aciertan, el partido de Le Pen sigue siendo un partido con 'heterofobia', que utiliza el miedo al cambio y a lo diferente para convencer a unos electores que se consideran agredidos por el fenómeno globalizador. El discurso del Frente Nacional es sin duda populista y peligroso pero seduce a millones de franceses que odian ser ignorados por los partidos tradicionales. Las elecciones municipales y europeas en 2014 medirán la verdadera fuerza de la renovada formación.

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