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Los terroristas a una columnista del 'Charlie Hebdo': "No te vamos a matar porque no matamos mujeres"

Los terroristas encañonaron a la columnista Sigolène Vinson, pero no la mataron. Sin embargo, sí asesinaron a la analista Elsa Cayat.

Los terroristas encañonaron a la columnista Sigolène Vinson, pero no la mataron. Sin embargo, sí asesinaron a la analista Elsa Cayat.

El diario Le Monde ha visitado la redacción de Charlie Hebdo despúes de la matanza de este miércoles. En su edición digital muestran una imagen de la misma con el suelo lleno de sangre y papeles. En su información, el diario galo describe con ayuda de testigos presenciales del atentado cómo los terroristas irrumpieron en la redacción y fueron nombrando a los dibujantes justo antes de dispararles a bocajarro.

Como ya se ha contado, Charb, el director de la publicación, dirigía la reunión editorial de este miércoles junto a los diseñadores Cabu, Wolinski, Tignous, Honoré y Riss, los editores Laurent Léger, Fabrice Nicolino y Philippe Lançon; el economista Bernard Maris y las columnistas Sigolène Vinson y Elsa Cayat.

Con la reunión empezada los dos encapuchados entraron en la redacción e irrumpieron en la sala de reuniones. Según cuenta Le Monde, uno de ellos dijo: "¿Charb?" y acto seguido le disparó. Luego ametrallaron al resto llamándolos por sus nombres. Según los supervivientes gritaron "¡Alá es grande!" (Allahu akbar) y "¡vais a pagar por haber insultado al Profeta!".

Una de las supervivientes, la columnista Sigolène Vinson, salvó la vida de milagro. Le Monde señala que los terroristas la encañonaron apuntándola a la cabeza y le dijeron: "No te vamos a matar porque no matamos mujeres, pero usted debe leer el Corán". Sin embargo, los asesinos acabaron con la vida de la columnista Elsa Cayat en el tiroteo.

Siete redactores y dibujantes murieron en segundos: Cabu, Charb, Tignous, Woliński, Bernard Maris, Honoré y Elsa Cayat. Mustapha Ourrad, un corrector que había obtenido la nacionalidad francesa el mes anterior, también fue asesinado. Franck Brinsolaro, uno de los dos agentes de policía que servía como escolta de Charb desde 2011 fue asesinado igualmente, como Michel Renaud, el exjefe de gabinete del alcalde de Clermont-Ferrand, invitado por el editor.

Otra de las supervivientes, la diseñadora Corinne Rey, (conocida como Cocó) se escondió debajo de una mesa. Según su propio testimonio "Dispararon a Wolinski, Cabu... duró cinco minutos... yo me escondí bajo un escritorio".

Según el relato que hace Le Monde de lo acontecido -basado en los testimonios de varios testigos presenciales- los terroristas llegaron algo desorientados a la zona y entraron en el número 6 de la calle Nicolas Appert, a dos puertas del edificio donde se encuentra la revista satírica. Encapuchados y provistos de chalecos antibalas, aprovecharon la llegada de una oficial de Correos para entrar en el portal del número 6. Amenazaron a la cartera y la obligaron a tumbarse en el suelo, al igual que a otro empleado que pasaba por la entrada del edificio. Preguntaron dónde estaba la revista y dispararon un tiro al aire para amedrentar a los rehenes.

Entonces, descubrieron que se habían equivocado. Salieron y se presentaron delante del número 10 donde se ubica la redacción del semanario satírico desde julio de 2014. Cruzaron el descansillo del edificio y preguntaron a dos miembros del personal de mantenimiento dónde estaba Charlie Hebdo. En aquel momento, una de las diseñadoras de la publicación, Cocó, pasaba por allí y la tomaron como rehén. En un primer momento intentó confundir a los terroristas conduciéndoles a otra planta distinta, pero finalmente, y amenazada a punta de fusil, Cocó se vio obligada a teclear el código que abría la puerta de la redacción. Fue entonces cuando se perpetró la matanza.

Algunos miembros de la publicación se salvaron casi de casualidad. Willem, diseñador, se enteró de la tragedia en un tren entre Lorient y París. Su alergia a las reuniones de redacción le salvaron la vida. El redactor Zineb estaba de vacaciones en Marruecos, su país de origen. Preguntado por la tragedia, Zineb decía: "Los dibujantes están muertos ¿qué vamos a hacer?".

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