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El 'milagro de la cruz de Cihost': así fue la crueldad de los comunistas con el cura que lo vivió

Josef Toufar está en proceso de beatificación cuando se cumplen 65 años de su muerte por no renegar del milagro que ocurrió en su iglesia checa.

Su muerte va irremediablemente unida al "milagro de la cruz de Cihost" que fue la causa de su martirio y que dio inicio a la brutal represión religiosa de los comunistas en la antigua Checoslovaquia tras su llegada al poder en 1948 después de un golpe de Estado.

Durante el tercer domingo de Adviento, el 11 de diciembre de 1949, el padre Josef Toufar predicaba en la iglesia del pequeño pueblo de Cihost en Bohemia. Mientras estaba en el púlpito la cruz que estaba en el altar que se situaba a su espalda empezó a moverse, primero hacía un lado y luego hacía el otro. Él no lo vio pero sí pudo observar la cara de unos feligreses que se quedaron atónitos.

Hasta 19 testigos observaron el milagro de la cruz. Como era normal, lo ocurrido en la iglesia comenzó a comentarse entre los vecinos y la historia se extendió rápidamente llegando también al extranjero, siendo incluso publicada por Time. Evidentemente, la historia del "milagro de la cruz de Cihost" no pasó desapercibida para las autoridades comunistas, que en ese momento ya estaban preparando una campaña para acabar con la Iglesia y así ponerla a su servicio.

Pocos días después del supuesto milagro el padre Josef Toufar recibió la primera visita de la policía política puesto que el caso había llegado al despacho del presidente checo, el comunista Klement Gottwald. El agente encargado del caso reconoció décadas más tarde que su misión era conseguir material contra el sacerdote que incluyese una confesión de que él había realizado una falsificación del milagro mediante un mecanismo de poleas que engañase a los fieles con el movimiento de la cruz.

El régimen comunista no podía permitir una manifestación de fe de un pueblo que debía adorar al partido y al líder, por lo que aprovechó el "milagro" para iniciar su ansiada campaña contra los cristianos. Y el padre Toufar fue su primera víctima.

Durante los interrogatorios de la policía política checa el sacerdote se negó de manera rotunda y reiterada a mentir y confesar que él había falsificado el milagro. Esta firmeza le salió muy cara. En dependencias comunistas fue torturado durante todo el mes de febrero de manera terrible. Ya el día 23 de aquel mes de 1950 no podía moverse por las constantes palizas que recibía. No conseguía ni andar ni sentarse pues tenía las piernas destrozadas.

La propaganda comunista

Sin embargo, las autoridades comunistas querían llevar a cabo una de sus especialidades. Tirar de propaganda. El padre Toufar fue llevado de nuevo, ya moribundo, a la aldea de Cihost para allí grabar una película en la parroquia en la que se recrease el supuesto truco de las poleas con el sacerdote como protagonista. Pero el resultado fue muy lamentable. El cura fue utilizado como un pelele y apenas pudo participar por las heridas que sufría por lo que tuvieron que utilizar un doble que era bastante fácil de desenmascarar. El objetivo de la película propagandística era mostrar al 'pueblo' la "estafa" del sacerdote y sus servicios a Roma y EEUU.

El día 25 de febrero el sacerdote moría debido a la multitud de palizas de las que fue víctima. Fue enterrado en una fosa común y no informaron de su muerte. De hecho, el ministro del Interior checo compareció en rueda de prensa para anunciar que el cura había confesado y que sería "juzgado y castigado" mostrando el supuesto sistema de poleas. Cuando se produjo la rueda de prensa ya estaba muerto y su cuerpo arrojado en la fosa común.

Lugar de peregrinación

Tras 65 años y con una Checoslovaquia dividida en dos países, República Checa y Eslovaquia, la libertad ha vuelto a sus habitantes. La persecución que se inició con el martirio de Josef Toufar se alargó durante décadas pero no consiguió arrancar del todo la fe de su gente.

Ahora Cihost es un lugar de peregrinación donde se acude a ver el lugar en el que se produjo el supuesto milagro de la cruz, ante el cual la Iglesia no se ha pronunciado ni a favor ni en contra, y para honrar al mártir que no quiso colaborar con el mal. Un humilde cura de pueblo que está ahora camino de los altares.

Imagen de la cruz en la que se habría producido el milagro

Su torturador y asesino fue juzgado en 1998 pero nunca entró en prisión pues tenía 75 años. Todavía hoy sigue vivo. Mató a un santo en nombre de una ideología que ha perdido, de una causa inútil y que ha dejado millones de muertos a sus espaldas.

El pasado día 22 el cardenal Duka, arzobispo de Praga, celebró una misa con cientos de personas en la pequeña localidad de Cihost y recordó a este mártir como "un icono de los años de la colectivización violenta del régimen comunista". El lugar donde comenzó la persecución tras el milagro es ahora un lugar de peregrinación que culminará con el traslado de su cuerpo a dicha iglesia. En unos años puede que albergue a un santo que mantendrá vivo el legado de que el amor es más fuerte que el odio.

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