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El 'incendio perfecto' de Portugal: eucaliptos, desertificación y "bombas de fuego"

Aunque parece que el fuego no podría haberse evitado, sí que se hubiera podido controlar su voracidad.

La mezcla de vientos cruzados, altas temperaturas y tormentas secas fueron la causa que desató este sábado el devastador incendio que desde entonces sigue azotando el centro de Portugal y que atrapó a familias enteras en una carretera convertida en una auténtica ratonera sin salida –hasta el momento, ya han muerto 64 personas–, según informa Efe.

Aunque inicialmente las autoridades locales barajaron la tesis de que se trataba de un incendio provocado, a mediodía del domingo la Policía Judicial lusa ha revelado que el origen de la conflagración está en una tormenta eléctrica.

Aunque parece que el fuego no podría haberse evitado, sí que se hubiera podido controlar su voracidad: organizaciones medioambientales como Greenpeace o Ecologistas en Acción habían advertido, desde hace años, sobre la expansión del eucalipto en Portugal y España, dos países que representan el 7% de la superficie mundial de plantaciones de este tipo, según datos del 2011. En este sentido, el investigador del departamento de Ingeniería Forestal de la Universidad de Trás-os-Montes y Alto Duero, Paulo Fernandes, cuenta al diario portugués Público que el Pinhal Interior, zona de pinos y eucaliptos, es un "barril de pólvora".

También contribuyeron a avivar el incendio los cables eléctricos destruidos por el fuego: varios tendidos eléctricos fueron pasto de las llamas y, al caer al suelo, provocaron que el material plástico del que están recubiertos se derritiera y se espaciara no sólo por la tierra, sino también por el asfalto. Esto se convirtió en una mecha para que el fuego se propagara más rápidamente.

Otro dato a tener en cuenta es que, según RTVE, buena parte de los incendios que ha sufrido Portugal han tenido lugar en el interior del país, zona especialmente desertificada donde, como consecuencia de las sucesivas crisis económicas, muchas aldeas han sido abandonadas.

Por su parte, el presidente de la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales de España, Rubén Cabrero, cuenta en El Confidencial que el incendio, "en las condiciones actuales, no lo apagan ni desplazándose todos los agentes de la Unión Europea". Explica que, en el epicentro del incendio, la temperatura es de casi 1.000ºC, lo que provoca que la manera que tienen de avanzar las llamas es por convección o radiación: "Significa que lo que va ardiendo lo hace como cuando uno pone un mechero a unos 10 centímetros de un folio. Al final, se quema después de una explosión". A esto, los especialistas lo llaman "bombas de fuego": "El calor seca todo lo que tiene por delante y todo sale ardiendo en cuestión de segundos".

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