El papa Francisco preside el viacrucis en una Plaza de San Pedro absolutamente desierta, donde recorrerá las 14 estaciones a lo largo de la columnata, alrededor del obelisco y finalmente a lo largo del camino que lleva al patio de la iglesia.
Por esa cloaca holandesa ha desaparecido mucho del dinero que hoy necesitarían nuestros hospitales. Y todavía se atreven a mirarnos por encima del hombro.