La invasión rusa de Ucrania es el primer conflicto bélico moderno que está siendo retrasmitido de forma parcial a través de teléfonos móviles. La alta penetración de tecnología en territorio ucraniano —hasta en las más remotas localidades hay usuarios de móviles con internet y se está manteniendo la conexión de forma más o menos estable—está permitiendo al mundo seguir los acontecimientos con una cercanía inaudita hasta ahora.
Los ciudadanos ucranianos suben a sus redes sociales –Tik Tok está siendo la gran triunfadora, aunque Facebook, Instagram o Twitter le siguen de cerca– los vídeos que hacen con sus teléfonos e, incluso, lo que graban de forma mucho más discreta desde el interior de sus casas con webcam o vigilabebés. También los contendientes en el conflicto están participando de esta grabación masiva de contenido bélico.
Está siendo habitual ver vídeos y fotografías captadas por los militares ucranianos tanto de los combates como de lo que queda en el escenario de esos combates después de la batalla. Es a través de estos vídeos como se están comprobando las pérdidas materiales de cada ejército o los problemas de suministro rusos que hace que abandonen vehículos por falta de combustible o vayan a supermercados o saqueen tiendas para aprovisionarse de comida y agua.
A los soldados rusos se les quitaron sus teléfonos móviles antes de invadir Ucrania para evitar que pudieran contar a sus familias lo que estaban haciendo, pero esa limitación no la tienen las fuerzas chechenas que se han incorporado con la invasión ya iniciada. Sus efectivos se graban vídeos y son subidos a las redes sociales, con el objetivo de presumir y atemorizar a los ucranianos, por el mismísimo líder de esta fuerza militar, Ramzán Kadýrov.
Esas imágenes y la complicidad ciudadana han permitido a los defensores ucranianos asestar golpes importantes a las tropas de Rusia. De forma local, los ciudadanos estaban remitiendo a sus militares o milicias urbanas la posición de las unidades enemigas, con el objetivo de que se le pudieran hacer emboscadas y causarles el mayor daño posible minimizando de la mayor manera posible el riesgo que corrían los suyos.
Estos resultados positivos ha propiciado que el Gobierno de Ucrania se haya lanzado en las últimas horas a utilizar una conocida aplicación de mensajería para abrir un canal de comunicación más directo con sus ciudadanos en el que puedan informarle de la ubicación de las tropas rusas con el objetivo de convertirlos en pequeños espías ubicados en todo el país.
Unos canales que, en algunos casos, están sectorizados, dependiendo de las necesidades, como el que aparece en la imagen de este artículo, en el que se pide exactamente la ubicación de las unidades antiaéreas rusas, una información muy útil que podría tener posteriormente diferentes usos, ya sean con perspectivas defensivas u ofensivas.