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Macron y Le Pen llegan en un pañuelo a la primera vuelta con el socialismo hundido

Los últimos sondeos dan la victoria al actual presidente solo por dos puntos de ventaja. La abstención podría cambiarlo todo.

Los últimos sondeos dan la victoria al actual presidente solo por dos puntos de ventaja. La abstención podría cambiarlo todo.
Acto de fin de campaña de Marine Le Pen en Perpiñán. | EFE

Casi 49 millones de franceses acudirán a las urnas este domingo en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia. Según los últimos sondeos, el actual presidente, Emmanuel Macron, con un 26% de los votos y la líder de Agrupación Nacional, Marine Le Pen, con casi un 24% de los apoyos son los dos candidatos que se calificarían para la segunda vuelta, que se celebrará el 24 de abril. Salvo que la abstención lo cambie todo.

La campaña electoral, sumamente atípica, ha estado marcada por los últimos coletazos de la quinta ola de covid y la guerra de Ucrania. Macron dedicó todos sus esfuerzos a intentar convertirse, sin demasiado éxito, en el interlocutor europeo de Putin. Y mientras tanto, descuidó su participación en la campaña electoral, un error que la líder de Agrupación Nacional no perdonó.

Marine Le Pen aprovechó ese vacío para ganar popularidad y apoyos. Los sondeos realizados a principios de marzo la situaban trece puntos por debajo de Macron con un 17% de los votos. El último sondeo realizado este pasado jueves deja a Le Pen a solo dos puntos de su rival con casi el 24% de los votos.

En una eventual segunda vuelta entre estos dos candidatos, los sondeos de Ifop afirman que el presidente saliente conseguiría el 52% de los votos, mientras Le Pen se quedaría con un 48%. Sin embargo, una encuesta de Atlas Político da la victoria a Le Pen con un 50,5% de los votos frente a los 49,5% de Macron. La distancia entre ambos es mínima y está plagada de incertidumbre por el factor abstención.

Abstención del 27,4%

Según las previsiones del instituto Odoxa para Le Figaro, la abstención podría acercarse a su máximo histórico en las primeras vueltas. La estimación es que el 27,4% de los franceses no acudirán a votar este domingo, el porcentaje más alto registrado desde 2002. Ese año Jacques Chirac ganó la primera ronda de las presidenciales con un 19,9% de los votos, tres puntos por delante de Jean-Marie Le Pen.

Para contrarrestar su tendencia descendente en los sondeos, Macron ha protagonizado un final de campaña artificialmente intenso con la intención de recuperar el tiempo perdido. En su última entrevista publicada el viernes, el presidente acusó a Le Pen de "mentir a la gente". También aseguró que defiende "un programa racista que pretende polarizar la sociedad y de gran brutalidad", y al mismo tiempo utiliza "una estrategia muy clara de disimulación de lo que hay de brutal en ese programa".

Le Pen contestó poco después desde la emisora France Info. Aseguró que el tono "agresivo" que ha mostrado Macron con ella durante la campaña delata en realidad "el nerviosismo" del actual inquilino del Elíseo por las perspectivas del voto.

Los socialistas franceses se hunden

Quien parece quedarse fuera del duelo Macron-Le Pen es el izquierdista Jean-Luc Mélenchon. Con un 17 % de intención de voto, el hábil y veterano orador busca el sufragio "útil" del resto de electores progresistas, divididos en una amalgama de pequeños partidos. También intenta movilizar a los abstencionistas, erosionando la base electoral de Le Pen.

Las presidenciales francesas también pueden ser decisivas para el Partido Socialista, pero en el peor de sus sentidos. El fracaso absoluto del proyecto de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, amenaza con recibir su golpe de gracia este domingo si, como pronostican los sondeos, apenas consigue un 2% de los votos, cuatro puntos por debajo del resultado que obtuvieron en las anteriores presidenciales.

La debacle socialista en Francia era de esperar después de una campaña insulsa y errática en la que, prácticamente a la desesperada, Hidalgo propuso un frente común de izquierdas, una idea que rápidamente rechazaron el resto de formaciones. Los socialistas se enfrentan a sus horas más oscuras y las perspectivas no son nada optimistas, especialmente teniendo en cuenta los abucheos que recibió Hidalgo cuando se presentó en la manifestación por la huelga de la educación hace unos meses.

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