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Putin condecora a la brigada que perpetró la masacre de Bucha

Los soldados de la 64 Brigada de Infantería Motorizada del Ejército ruso han recibido el título de ‘Guardia’ por su "heroísmo" y "valor".

Los soldados de la 64 Brigada de Infantería Motorizada del Ejército ruso han recibido el título de ‘Guardia’ por su "heroísmo" y "valor".
La huella de la barbarie rusa en Bucha | Cordon Press

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha condecorado este lunes a los soldados que mataron a cientos de civiles en Bucha, localidad ucraniana situada a las afueras de Kiev. La 64ª Brigada Independiente Motorizada del Ejército ruso ha recibido el título honorífico de ‘Guardia’, "por su heroísmo y coraje, por la entereza y el valor demostrado", según reza el decreto presidencial.

Eso sí, el texto no hace referencia en ningún momento al asedio de la ciudad de Bucha o los horribles crímenes cometidos por los militares rusos antes de la retirada de las tropas. Hechos que quedaron probados por las imágenes de satélite publicadas por The New York Times, que certificaban que los cadáveres estaban en el suelo desde el 11 de marzo -tres semanas antes de que se encontraran- cuando la localidad estaba bajo control de las fuerzas de Putin.

Una vez que el Ejército ucraniano expulsó a los soldados rusos de la región -el 1 de abril- se conocieron las atrocidades que éstos habían cometido a su paso por ciudades como la de Bucha. Al entrar se encontraron con decenas de cadáveres abandonados en plena calle, algunos de ellos con las manos atadas a la espalda, que demostrarían las ejecuciones sumarias que Human Rights Watch había denunciado.

Rusia dio todo tipo de absurdas explicaciones sobre la aparición de los cadáveres en las calles de Bucha. De hecho, Putin insiste en que es falsa la masacre perpetrada por sus tropas en la localidad ucraniana, calificada como "genocidio" tanto por el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, como su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden.

Pero la crueldad con la que los soldados rusos operaron en Bucha ha dejado rastro. Con el paso de los días los muertos se contaban por centenares y se encontraban escenas similares en otras ciudades por donde había pasado la apisonadora rusa, como Hostomel o Borodyanka.

Tanto es así que todo apunta a que -después del escándalo y la condena de la comunidad internacional- el Ejército ruso podría haber cambiado de estrategia y estaría intentado borrar las huellas de su crueldad antes de retirar de un territorio. Así lo ha denunciado el alcalde de Mariúpol, que ha vivido bajo asedio ruso desde el inicio de la guerra, el pasado 24 de febrero.

Según asegura Vadim Boichenko, las tropas invasoras estarían usando "crematorios móviles" para ocultar "cualquier evidencia de crímenes cometidos" en la ciudad. "Los asesinos cubren sus huellas", aseguró en un mensaje publicado en Telegram. En Mariúpol los muertos se cuentan por miles y Rusia intenta eliminar las pruebas. El primer edil asegura que incluso está acabando con los testigos, que "están siendo identificados (...) y destruidos".

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