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La guerra por el agua o la república fantasma que Rusia quiere apuntalar en Jersón

Esta región ucraniana controla la desembocadura del río Dniéper y el canal hídrico que cubre el 85 por ciento del agua que necesita Crimea.

Esta región ucraniana controla la desembocadura del río Dniéper y el canal hídrico que cubre el 85 por ciento del agua que necesita Crimea.
Soldados rusos izan una bandera con la hoz y el martillo en Jersón | Twitter

La segunda ofensiva rusa sobre Ucrania se ha iniciado en los últimos días. El objetivo de Moscú no es otro que asegurar el control del Donbás, el territorio sobre el que se creó la narrativa rusa para invadir el país vecino, y que casi dos meses después todavía no ha conseguido poner al completo bajo su control. Una segunda ofensiva fruto de un obligado cambio estratégico por el desastre militar que provocó la planificación inicial

El reposicionamiento de unidades militares rusas que participaron inicialmente en la frustrada toma de Kiev, Chernigov o Sumy no solo ha ido a parar a las áreas de influencia del Donbás, desde donde están lanzando la actual ofensiva, sino que también se han desplegado por áreas estratégicas que los efectivos rusos consiguieron tomar con sumo esfuerzo durante las primeras semanas de invasión y que en las últimas semanas han resistido a los intentos de contraofensiva ucranianos.

El ejemplo más claro es el del oblast de Jersón. Esta región ucraniana fue un objetivo principal en la primera ofensiva y los rusos consiguieron hacerse con su control absoluto en unas semanas, pese a la resistencia no sólo militar, sino también ciudadana. Dentro del mismo había un objetivo de primer nivel, una prioridad absoluta para el Kremlin, que fue tomado con suma eficacia en las primeras 24 horas de invasión.

Se trata del conocido como Canal del norte de Crimea, una infraestructura hídrica que el régimen soviético de Leonid Brézhnev construyó en la década de los sesenta del siglo pasado con el objetivo de llevar agua hasta la península de Crimea, tanto para uso de la población como para uso agrícola e industrial. Un proyecto de más de 400 kilómetros de longitud que se inicia a orillas del río Dniéper en Tavriisk, junto a nueva Nueva Kajovka, y concluye en Kerch, en el extremo oriental de Crimea.

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Canal del norte de Crimea

Este canal, en cuya construcción participaron más de 10.000 voluntarios del Komsomol, la rama juvenil del Partido Comunista de la Unión Soviética, venía cubriendo el 85 por ciento del agua que necesitaba la península de Crimea y, tras la anexión unilateral de esta península por Rusia en 2014, fue cerrado por el Gobierno de Ucrania. El argumento oficial fue que Moscú debía pagar por el agua transferida a una península que controlaba ilegalmente y sin reconocimiento internacional.

El corte de este canal ha provocado serias restricciones de agua en Crimea desde 2014, afectando tanto a la población como a la agricultura. De hecho, las autoridades rusas que controlan esta península hablan de unas pérdidas anuales superiores a los 100 millones de euros. Es por ello que una de las primeras misiones militares rusas en Ucrania fue tomar el control de la infraestructura para poder volver a reactivarla. Un canal que convierte en clave para Rusia el control de Jersón.

Para garantizar ese control, el Kremlín no sólo ha ordenado la entrada de refuerzos militares en el territorio ucraniano ocupado, sino que también ha empezado a activar la maquinaria para poner en marcha una nueva república fantasma, como lo han sido durante los últimos ocho años los territorios de Donetsk y Lugansk o como las que Rusia mantiene en Moldavia (Transnistria) y Georgia (Abjasia y Osetia del Sur).

Los efectivos rusos, apoyados por los políticos prorrusos del territorio -la formación política afín al Kremlín ha sido ilegalizada por Volodimir Zelenski tras la invasión rusa del pasado mes de febrero- llevan semanas trabajando en la celebración de un falso referéndum de independencia, como el convocado en 2014 en Donetsk, Lugansk o Crimea, con el objetivo de establecer en la zona la República Popular de Jersón.

Las autoridades políticas locales, todavía fieles al Gobierno de Kiev, han denunciado en los últimos días la existencia de una campaña de intimidaciones y amenazas contra la población local con el objetivo de que se sumen a la consolidación de la nueva república fantasma. Incluso, han denunciado que los rusos han solicitado ya en algunas imprentas locales que se fabriquen las papeletas destinadas para la votación.

En los últimos días, los servicios informativos de Crimea24, el canal público de noticias de la península ucraniana anexionada unilateralmente por Rusia, hablan ya con asiduidad de la inexistente República Popular de Jersón en sus noticias sobre este territorio.

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