
Tras las misteriosas explosiones registradas en los últimos días en la región separatista de Transnistria, Ucrania parece estar convencida de que Rusia atacará Moldavia tarde o temprano. Así lo asegura este lunes el diario The Times que, citando fuentes militares, apunta que Putin estaría barajando esta posibilidad con el fin de facilitar la entrada de sus tropas en el puerto de Odesa, situada en el Mar Negro.
"Creemos que el Kremlin ya ha tomado la decisión de atacar Moldavia. El destino de Moldavia es muy crucial. Si los rusos comienzan a tomar el control, militarmente seremos un objetivo más fácil y la amenaza para Ucrania será existencial", reconoce una fuente militar ucraniana.
Entre los motivos que esgrimen para sospechar de esta operación, la inteligencia ucraniana apunta que la actividad registrada en el aeródromo principal de Tiraspol, la capital de Transnistria, sugiere que los rusos se estarían preparando para el conflicto con aviones de transporte Ilyushin-76, así como helicópteros que estarían por llegar.
Según The Times, la fecha elegida para intervenir Moldavia podría ser el próximo 9 de mayo, conocido en Rusia como el Día de la Victoria, en recuerdo a la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. De esta forma, Putin tendría apenas una semana para encontrar un "pretexto" con el que iniciar unos ataques que, hasta ahora, ha venido negando.
De acuerdo con los cálculos de los funcionarios occidentales, Rusia contaría en este momento con 1.500 soldados en Transnistria, una cifra que, a priori, sería insuficiente para llevar a cabo un ataque con el que Moscú buscaría aislar a Ucrania del Mar Negro. En cualquier caso, Moldavia tampoco contaría con grandes medios para frenar un hipotético ataque. En este sentido, el diario británico recuerda que el país apenas suma 3.250 soldados en su Ejército y que está haciendo frente a una gran afluencia de refugiados mientras soporta las consecuencias de una guerra que ha frenado casi el 15% de sus exportaciones.
Transnistria, una república fantasma
Tras la disolución de la URSS, Moldavia se independizó y estalló una guerra civil, impulsada por las ansias independentistas de la población eslava. Moscú decidió entonces intervenir, dando su apoyo a los rebeldes transnistrios y obligando al Ejecutivo moldavo a firmar un acuerdo de paz en 1992 que garantizaba la presencia del ejército ruso en la zona como "fuerza de paz".
Desde entonces, Transnistria -que ocupa la franja este del país, entre el río Dniéster y la frontera con Ucrania- se mantiene como una república independiente de facto, aunque no reconocida internacionalmente. La mayor parte de su población habla ruso de forma habitual, y utilizan el alfabeto cirílico, al contrario que en el resto de Moldavia, donde se habla el rumano y se usa el alfabeto latino. Tiene su propia moneda (el rublo transnistrio) y sus propios pasaportes, conserva la hoz y el martillo soviéticos en su bandera y da a algunas de sus instituciones nombres de la época comunista (Soviet Supremo, KGB...).
Ante la deriva de la invasión rusa de Ucrania, Moldavia ha solicitado en las últimas semanas su adhesión a la Unión Europea y ha exigido públicamente que los soldados rusos que están desplegados al este del río Dniéster abandonen el país.